Si este nuevo año 2024 te has propuesto cuidar tu alimentación, hacer ejercicio, apuntarte a un curso de crecimiento personal, poner orden en esa maraña de papeles que es tu mesa de trabajo, tener más calidad en las relaciones con tu familia y amigos, ¿y no encuentras como empezar o dejar de procrastinar? Aquí van algunos consejos.
Pero espera, no pases a otra columna, esto te interesa ahora y no puedes dejarlo para mañana, «¿Por qué?», te preguntarás. Pues porque normalmente las personas solemos huir de los temas que nos confrontan con los asuntos pendientes y los evitamos, retrasando su resolución.
Algo tan común, humano y trivial en apariencia como aplazar las cosas puede ser más importante de lo que imaginamos.
Tanto, que los psicólogos ya han bautizado este modo de funcionar en su forma más extremada con la palabra procrastinación, una actitud que puede conducir al círculo vicioso del inmovilismo y el miedo a decidir y tomar las riendas de la propia vida, llevando a pensar que el mundo es demasiado duro para nosotros.
Es evidente que no podemos hacer todos los asuntos pendientes en un día, ni quizás en un año, ya que pretender abarcarlo todo en busca de la perfección puede tener efectos tan demoledores como la indolencia, pero lo importante para pasar a la acción y que las buenas intenciones no se queden en meras palabras, tomar conciencia de lo trascendental que va a ser para nosotros cumplir con lo que nos proponemos, y marcarnos pocos objetivos poco a poco, para cumplirlos todos.
Como afirma Lair Ribeiro, especialista en PNL en su obra El éxito no llega por casualidad, «si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás obteniendo lo que siempre has obtenido. Si quieres cosas diferentes, tienes que hacer algo diferente; es decir, pequeñas cosas cada día».
Puede ocurrir que se tengan tantos frentes abiertos, en el plano profesional y en el afectivo, que no se sepa por dónde empezar y qué es lo primero que cabe abordar en la lista de tareas pendientes.
Stephen R. Covey y Roger y Rebecca Merrill, en su obra “Primero lo primero” explican que la lucha por colocar primero lo que es más importante se caracteriza por la tensión existente entre dos poderosas herramientas que dirigen: el reloj y la brújula.
El reloj representa los compromisos, las citas, los horarios, la metas, las actividades; es decir, lo que se hace con el tiempo y cómo se administra.
La brújula simboliza la visión, los valores, principios, conciencia moral y orientación; en suma, todo lo que se siente que es importante y el modo en que dirigimos nuestra vida.
La situación ideal es la que surge del equilibrio entre el reloj y la brújula, entre lo urgente y lo importante.
Una de las mayores recompensas que ofrece el no postergar es la satisfacción de conseguir los objetivos que se marcan y, sobre todo, el hecho de ser nosotros quienes decidimos lo que hacemos con nuestra vida, sin dejarnos llevar por la corriente de acontecimientos a que somete la rutina.
¿Pero qué podemos hacer para afrontar los pendientes?
- Haz una lista con las cosas que deberías hacer y que nunca realizas: poner orden en casa, arreglar algo que se estropeó hace tiempo, apuntarte a inglés, ir al gimnasio…
- Establece un compromiso personal para cumplir, al menos un día a la semana, con una de esas cuestiones. Ponte metas realistas.
- Anota la fecha exacta en que vas a realizar esas tareas y no te traiciones.
- No esperes a estar inspirado para pasar a la acción. La inspiración normalmente es el resultado del esfuerzo y el trabajo.
- Primero lo esencial. Haz las cosas según el orden de importancia que tengan para ti y resuélvelas de la forma más inmediata posible.
Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefaniapaulin_uaslp@hotmail.com
Número: 4881154435