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De Actualidad

Por Carlos Pérez García

La cosa es que, tal vez ustedes lo perciben, las mujeres son fundamentales en este mundo. No sólo desde el punto de vista biológico (procreación) sino también en muchas otras áreas como las afectivas, las laborales, las formativas, las económicas, las políticas, las sociales, las académicas, las prácticas, las relativas a las bellas artes… incluida la literatura y la poesía.

Este 8 de marzo se conmemoró de nuevo el día internacional de la mujer, sin tanto qué celebrar o felicitar a nadie salvo en casos específicos: esfuerzos eficaces de la sociedad o el surgimiento feliz y oportuno de la ministra Norma Piña Hernández en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que dan espacios a cierto optimismo en la difícil coyuntura de México. Nunca veremos una igualdad de género, la verdad, pero hay mucho que el país puede lograr a mediano plazo con cambios acertados.

Aquí, si me permiten, algo quisiera decir yo sobre la mujer.

No sé si muchas de ustedes mismas aún están orgullosas de haber nacido en México, como se han acostumbrado a decir.

La desigualdad se ha extremado y los malos políticos han desangrado el país, en lo cual las mujeres son quienes más han perdido ante la violencia, la pobreza, la discriminación.

Sí, creo que la mayoría de las mexicanas quiere seguir luchando en estas tierras, donde nacieron, sobre todo para que se puedan cumplir las esperanzas de sus hijos.

En general, el hombre no entiende ni ayuda tanto y resulta el principal beneficiario de su fuerza o debilidad, de su belleza, su determinación e inteligencia… en un mundo que les es poco propicio.

El Estado no ha sido muy sensible y, peor ahora, se aleja envuelto en la demagogia de sus artimañas verbales y en la cancelación de programas del pasado.

Sus días —buenos y malos— no dejan de ser muchos y los suelen tomar con serenidad, aguante, paciencia… hasta que se llega a ciertos límites e incluso sufren violencia desmedida.

Claro que, según lo sienten y lo dicen, “nos falta mucho por hacer…”. Para lograr su libertad como mujeres, como personas, como ciudadanas, dicen.

Creo con firmeza que juntos, hombres y mujeres, podremos avanzar mucho más. Estoy seguro que mujeres contra hombres no puede ser la mejor vía y es necesario entenderlo ya.

El machismo y otros complejos masculinos provocan reacciones femeninas que son explicables, pero complican demasiado las cosas y tienden a resultar contraproducentes.

Se requiere educación sin ideología, al igual que más y mejor poesía que nos inspire y nos aliente a mujeres y hombres, a ciudadanos y autoridades, a todos.

Eso sí, en mi país y en el mundo, reconozco a una gran cantidad de heroínas que en verdad respeto y admiro. Al tomarlas como ejemplo nos beneficiaremos todos hacia un futuro más provechoso y más aceptable.

* AHORA, UNAS VIEJAS CITAS que bien se pueden aplicar acá a la actualidad de la llamada cuatroté, que supuestamente busca el bienestar popular (populismo electorero):

– Los seres más mediocres pueden ser grandes, sólo por lo que destruyen. * André Maurois (Escritor francés, 1885-1967).

– El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo. * Sócrates (Filósofo de la Antigua Grecia, 470-399 a.C.).

–   Si te someten a engaño durante mucho tiempo, tiendes a rechazar cualquier prueba de que lo es. Porque es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos, que hemos sido engañados. Por eso los charlatanes sobreviven y se mantienen en el poder. * Carl Sagan (Astrónomo y escritor estadounidense, 1934-1996).

– A la larga en cada país la demagogia populista no redujo la pobreza… porque necesita de los pobres para sobrevivir. Tampoco disminuyó la corrupción porque la necesita para engañar y manipular, así como para obtener fondos que le permitan subsistir. * Reclamos usuales en redes sociales (Sobre todo, en Argentina a partir del populismo peronista que inicia a mediados del siglo XX).

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