Siguiendo con las tradicionales leyendas de San Luis, el día de hoy te contaremos la historia de La Dama enluta, una anécdota peculiar que le pasó a un taxista. De su propia cuenta que un cierto día durante la noche esperaba alas afueras de la iglesia de San José a alguna persona que solicitará su servicio. Ya pasaban más de las 12 de la noche, cuando aquel taxista sintió un aroma para ido al que se puede apreciar en las flores dejadas en los cementerios, en su lógica pensó que como estaba afuera de una iglesia sería normal.
Sin prestar más atención el taxista continúo leyendo un periódico, de la nada tocaron la ventanilla del copiloto, se trataba de una mujer con vestido negro la cual cubría su rostro. Aquella extraña mujer realizó una petición fuera de lo común, pues le dijo que si podía llevarla a distintas iglesias y esperarla afuera mientras rezaba y que su destino final sería la iglesia de El Saucito. El taxista desorientado por la petición acepto, pues al no tener otra alternativa no dudo en prestar sus servicios.
Tal como lo pidió aquella mujer, el taxista la llevo a los lugares que está le indico. Dura te el camino él trataba de hacerle plática a la mujer. Por el retrovisor el taxista siempre se percató de que aquella mujer siempre cubría su rostro y por más que intentaba encontrar un momento de descuido donde la mujer mostrará su cara, jamás pasó. Al llegar al destino final la mujer con pena le confesó al taxista que no tenía dinero para pagarle, pero le daría un papel firmado con la dirección a la que al día siguiente debería pasar para recibir su paga.
Otro día en la mañana, el taxista pasó a la dirección del papel. Tocó la puerta y salió un hombre, el taxista le explicó lo que había sucedido la noche anterior, de la nada aquel hombre que en un principio parecía rudo soltó en lágrimas. Tras pagarle al taxista lo que se le decía, el misterioso hombre le explicó que quien llevo la noche anterior cumplía justamente un año de estar muerta.