La coalición opositora Frente y Corazón por México presentó un «Mapa de riesgos de la elección 2024», revelando que el 29% de las secciones electorales son focos potenciales de violencia por el crimen organizado. Expertos como Javier Oliva y Eunice Rendón señalan que estados como Chiapas, Zacatecas, Guerrero, Michoacán, Veracruz y Guanajuato están bajo un creciente control del crimen, lo que pone en riesgo la gobernabilidad y la celebración de elecciones libres y justas.
La militarización del Gobierno para enfrentar esta situación ha generado críticas, mientras la preocupación por la seguridad crece a una semana de las elecciones, consideradas las más grandes de la historia del país, con 98 millones de electores convocados a renovar más de 20 mil cargos. Sacerdotes de San Cristóbal de Las Casas en Chiapas señalaron que algunas regiones del estado están controladas por grupos del narcotráfico, lo que dificulta la celebración de elecciones seguras.
La extorsión y el control territorial del crimen organizado afectan gravemente la integridad del proceso electoral. A medida que se acerca la fecha de las elecciones, la incertidumbre y la tensión aumentan. La falta de compromiso de los gobiernos estatales y la complejidad de la relación entre el crimen organizado y los partidos políticos agravan la situación. Los ciudadanos enfrentan el desafío de ejercer su derecho al voto en un entorno marcado por la violencia y la inseguridad.