¿Alguna vez escuchaste el término ayuno? Esta palabra es usada para describir el hecho de que no comas por unas horas, existen personas que optan por esta opción para bajar de peso. Es importante mencionar que el ayunar no es una de las acciones más recomendables, ya que en el proceso tu cuerpo tendrá distintas reacciones y puede que te afecten. Si dejas de comer por unas horas atravesarás por tres etapas, conoce lo que le sucede a tu organismo cuando no consumes alimentos.
En la primera fase tu cuerpo utiliza la glucosa como combustible energético, durante esta etapa se metaboliza la glucosa que circula en tu sangra. Después de un tiempo comenzará la degradación de las reservas de glucógeno en el hígado y en los músculos, lo que te puede dar energía durante 24 o 48 horas. Durante este tiempo puedes presentar mareos, sudoración fría, dolor de cabeza y cansancio generalizado. Por último tu cerebro empieza a perder energía, lo que aumenta la actividad del sistema nervioso. Este libera adrenalina y noradrenalina, que ayudan a la degradación de los lípidos y nutrientes.
En segunda fase se comienza a bajar la azúcar, lo cual causa daños en el hipotálamo, el sistema nervioso las glándulas suprarrenales y el páncreas. Se busca además generar energía de alguna forma, pero las funciones de tu organismo comienzan a ser muy limitadas. En la tercera fase ya no existen lípidos ni reservas de glúcidos, además de que se degradan las proteínas lo que causa problemas en tus estructuras multiorgánica, pero se sigue manteniendo volumen en los cuerpos por la retención de líquidos.
El no comer por más de seis horas causará debilitamiento en ti, además de que los ácidos gástricos harán que te arda el estómago. El sufrir hambre también tendrá consecuencias en tu estado de ánimo, es probable que sientas ansiedad o irritabilidad. Es por ello que los nutricionistas señalan que los horarios de comida son muy importantes, por lo menos debes de comer cinco ves por día. Esto porque se distribuye la energía es decir que consumes 20% durante el desayuno, 10% en cada colación, 30% en la comida, y 20% en la cena.
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