En momentos de gran turbulencia para el mundo, toda la humanidad hemos experimentado cambios profundos que nos han tocado el corazón, las emociones y en muchos otros casos han dejado un profundo vacío ante la pérdida de un ser querido.
Los ángeles nos enseñan que el mundo del espíritu y el mundo físico no están separados, que nuestros seres queridos que han partido se encuentran la gran mayoría de las veces muy cerca de nosotros, como guías espirituales que buscan ayudarnos a tener una vida más equilibrada, amorosa y feliz.
En algunas ocasiones nos podemos preguntar, si nuestros seres queridos que han partido se encuentran bien, si necesitan algo, si hay algo pendiente. Bien déjame decirte que he podido observar gracias a la conexión con los ángeles, que al momento de partir siempre hay ángeles acompañando a quienes mueren, para que el regreso al mundo espiritual sea seguro y su alma este tranquila.
Recuerdo mucho un caso, en el que la esposa me preguntaba porque su esposo no se había quedado con ella, si tenían tantos planes juntos y sentía que aún tenían mucha vida por recorrer, en esa sesión, pude percibir que el esposo fallecido me mostraba que estando en el momento de su muerte pudo observar que si se quedaba, quedaría con severos daños a causa del contagio por COVID, y que entonces sufrirían mucho ambos, pues la falta de recursos económicos y los dolores por su enfermedad no le permitirían vivir la vida que desearon.
En ese momento, los ángeles que asisten a la hora de la muerte, le preguntaron a su alma, si deseaba partir o quedarse, y él decidió irse para evitar el sufrimiento de quienes lo amaban. En este caso fue un gran acto de amor, por parte de quien se fue.
No todos los casos son iguales, hay quienes partieron y no pudieron despedirse, mucho otros dejaron asuntos pendientes, hay quien nunca le dijo a su familia cuanto la amaban, lo orgullosos que estaban de sus hijos, o simplemente no se sabe cuál fue la causa de su partida.
No importa cuál sea la situación que estés viviendo, los ángeles como mensajeros de Dios y portadores del amor divino, siempre asisten a las almas al momento de partir, en ellos no cabe el juicio del bien o el mal, todos, absolutamente todos tenemos la posibilidad de elevarnos con amor, sin dolor y permanecer cerca de quienes amamos, con el fin de convertirnos en guías espirituales de las personas que amamos.
Si estás atravesando por una pérdida quiero decirte que estás en todo tu derecho de sentir tristeza, dolor y vivirlo, es mentira que si le lloras a quienes han partido, no los dejas descansar, el sentir dolor es un derecho y extrañar su presencia es parte del proceso de tu duelo.
Si te preguntas, ¿por qué lo sueño?, muchas de las veces nuestros seres queridos se manifiestan a través de los sueños para decirnos que están bien, para decirnos que nos aman, para despedirse o simplemente para hacernos sentir que están cerca de nosotros. No lo tomes como un presagio o que necesariamente tenga un significado de que su alma no está tranquila, porque en la mayoría de los casos no lo es.
Si te preguntas ¿Por qué no lo sueño?, en algunas ocasiones el alma lleva un proceso de adaptación al mundo del espíritu, su evolución, su proceso; trata de respetar ese tiempo y si deseas establecer algún con contacto con tu ser querido, tómate un momento, enciende una vela como un símbolo de luz para él, cierra tus ojos y recuérdalo, háblale, te aseguro que se encontrará cerca de ti. Hay quienes me han dicho que sintieron su presencia, su aroma, o simplemente esa tristeza se fue.
El alma nunca se va sin dejar bendiciones a las personas que le rodearon, ten por seguro que quien ha partido, se encuentra enviado su amor infinito para ti, abrazándote, caminando contigo, porque espíritu y materia no son mundos separado.
Te comparto esta oración para despedir a un ser querido.:
Amado Dios, aquí está mi alma frente a ti, escucha mi oración.
Envía a tus ángeles para que me acompañen en este proceso de dolor que hay en mi alma, en mi vida.
Dios, toca mi corazón, hazme sentir profundamente amado, que tus ángeles celestiales, abracen mi alma, mi cuerpo, mi ser entero.
Ahora que llamaste a tu presencia, a ( nombre de la persona) permíteme despedirme de él (o ella).
Gracias por tu amor, por caminar conmigo en la tierra, gracias por los días felices, por los grises, gracias por tu sonrisa, por tus lágrimas, Gracias porque decidiste venir a esta tierra y elegirme a mi como una persona cercana a ti.
Hoy (nombre de la persona) pido a Dios que acompañe tus pasos y tu evolución para que puedas sentir la grandeza de Dios en ti.
Gracias por compartir, lo que eres y se queda conmigo como parte de mi historia y nuestra historia.
En este momento pido que la luz de la salvación y el amor infinito te envuelvan para que tu espíritu este tranquilo y rodeado de los ángeles y serafines, de las hueste y potestades, que puedas ver el trono de Dios y alabar la gloria infinita que ahí habita. Amén
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