¿Cómo podemos saber cuándo nuestros hijos o algún infante cercano necesita ayuda psicológica? Es común ver a los niños correr, divertirse, jugar, pero también tener momentos de pereza, distracción y emociones no tan positivas, sin embargo, cuando los padres o cuidadores comienzan a notar conductas extrañas o cambios en las rutinas de sus hijos, empieza la preocupación de si hay algo que no está marchando como debería y si hay algún problema o situación que les pueda estar afectando.
Por eso es de suma importancia que como padres sean capaces de reconocer conductas y situaciones que pudieran ser alerta de que el niño necesita ayuda psicológica, pero ¿cuáles son los aspectos básicos en los que podrían basarse los padres?
- Problemas en el desarrollo
Cuando el niño muestra problemas en el lenguaje, coordinación o incluso mantiene conductas que ya no son acordes a su edad. - Problemas en relaciones sociales
Si el niño se retrae, tiene exceso de timidez o si este ejerce o es víctima de acoso.
- Problemas de conducta
Básicamente cuando nuestros pequeños tienen dificultades para respetar límites con padres, maestros o conocidos, mostrando impulsividad, agresividad y haciendo constantes rabietas que suelen ser muy intensas. - Cambios en su rutina
Cuando sus gustos o pasatiempos cambian de forma drástica y repentina, o se desmotiva al realizar actividades que antes le generaban mucho interés, o incluso si ha pasado por alguna situación como la pérdida de un ser querido, divorcio o cambio de casa. - Bajo rendimiento escolar
Si el infante presenta dificultades especificas del aprendizaje como leer, escribir o realizar operaciones matemáticas, si sufre de falta de atención e hiperactividad.
La vida siempre tendrá situaciones que serán difíciles de afrontar, hasta para la persona más madura y experimentada, es por esto que debemos de estar alerta ante los cambios de conducta que tienen los niños, ya que, aunque a veces no puedan expresar de forma verbal que es lo que les ocurre, ellos a través de comportamientos y cambios en sus rutinas nos hacen saber que hay algo que no está marchando bien.
Y aunque algunas veces faltan horas en el día para poder prestar atención a quizá pequeños cambios que tienen los niños, debemos de entender que ser niños no es nada fácil, y menos en esta actualidad, no porque ellos no se preocupen de cosas de la vida de adultos no significa que la pasen mejor, entendamos que ellos están en un proceso de crecimiento, aprendizaje y cambios, necesitan ayuda para comprender el mundo y las situaciones que ocurren en él.
Estefanía López Paulín
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