Los parásitos son organismos que viven y se alimentan de otros seres vivos, y aunque su presencia puede ser común, pueden ocasionar enfermedades que se transmiten fácilmente. Por ello, es crucial comprender las causas de su proliferación y cómo prevenirla.
Si los parásitos invaden el cuerpo humano, pueden desencadenar diversas enfermedades parasitarias. Según el Instituto Médico Cleveland Clinic, existen tres tipos de organismos que causan infecciones en el cuerpo: protozoos, helmintos y ectoparásitos. Las principales causas de su proliferación son:
- Higiene inadecuada: El contacto de manos sucias con la boca puede facilitar la entrada de parásitos al cuerpo.
- Consumo de agua o alimentos contaminados: Alimentos mal cocidos y agua no tratada pueden contener huevos o larvas de parásitos.
- Contacto directo con superficies contaminadas: Exponerse a áreas con malas condiciones de higiene puede facilitar la entrada de parásitos al cuerpo.
- Picaduras de insectos: Mosquitos y moscas pueden transmitir parásitos como el Plasmodium, causante de la malaria.
- Contacto con personas infectadas: La proximidad con personas infectadas puede facilitar la transmisión de parásitos, especialmente en espacios reducidos.
Para prevenir las infecciones parasitarias, es fundamental mantener buenas prácticas de higiene, consumir alimentos bien cocidos, beber agua purificada y usar repelentes de insectos.
Los síntomas de las infecciones parasitarias varían según la parte del cuerpo infectada, pero los más comunes incluyen:
- Diarrea
- Dolor abdominal
- Náuseas y vómitos
- Pérdida de peso
- Gases e hinchazón
- Fatiga
- Fiebre
- Malestar general
- Erupciones cutáneas
- Picazón
- Tos
- Dificultad para respirar
- Dolores de cabeza
- Convulsiones
- Anemia
- Inflamación de ganglios linfáticos
Cuando los parásitos se adaptan al organismo humano, pueden causar infecciones que afectan los órganos y sistemas del cuerpo, incluso debilitar el sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a otras enfermedades.
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