La tarde y noche del 7 de mayo, diversas regiones de México, especialmente del centro hacia el sur, se vieron afectadas por una serie de apagones, agravados por las altas temperaturas que caracterizan la temporada.
El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) emitió un comunicado explicando los motivos detrás de estos apagones, que comenzaron poco después de las 4 de la tarde. Se identificó una disminución en la capacidad de generación de energía debido a la salida de servicio de tres centrales eléctricas en Tamaulipas y Monterrey. Además, se registró una reducción en la generación eólica y fotovoltaica, lo que resultó en la indisponibilidad del 3.34% de la demanda máxima del día en el Sistema Interconectado Nacional.
Ante esta situación, se declaró un estado operativo de emergencia a las 5 de la tarde, lo que condujo a interrupciones rotativas en el suministro de energía durante aproximadamente 48 minutos.
La situación empeoró poco antes de las 7 de la tarde, cuando otra planta de la CFE salió de operación, seguida de reducciones en la generación en varias otras plantas. Esto provocó una interrupción adicional en el suministro eléctrico, afectando al 5.23% de la demanda máxima del día.
La reconexión del suministro eléctrico afectado comenzó alrededor de las 8:10 de la noche y se completó alrededor de las 11 pm. Durante este tiempo, se mantuvo una coordinación constante con la CFE y las centrales generadoras afectadas para garantizar una pronta recuperación.
El sistema eléctrico mexicano se basa en un sistema interconectado que distribuye la energía de las grandes centrales a los centros de consumo locales. La salida de servicio de ciertas instalaciones, junto con la disminución en la generación de energía renovable debido a las condiciones climáticas desfavorables, causó un desequilibrio entre la carga y la generación. Esto obligó a los sistemas de protección a cortar la carga hasta que se restableció el equilibrio necesario entre la generación y la demanda.
Seguiremos informando.