La arepa es un símbolo emblemático de la gastronomía venezolana, reconocida no solo por su sabor, sino también por su rica historia y versatilidad. Este platillo, que consiste en un pan redondo hecho a base de harina de maíz, ha sido parte fundamental de la dieta venezolana desde tiempos precolombinos.
La arepa tiene raíces que se remontan a las culturas indígenas de la región andina, donde se elaboraba con maíz. Su nombre proviene del término «erepa» utilizado por los indígenas cumanagotos, quienes habitaban lo que hoy es el estado Sucre en Venezuela. Históricamente, este alimento básico se documentó antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, siendo un sustento esencial para los pueblos originarios.
A lo largo de los siglos, la arepa ha evolucionado. En 1960, la introducción de la harina de maíz precocida por Empresas Polar revolucionó su preparación, facilitando su consumo y popularización a nivel nacional e internacional.
La preparación de la arepa es sencilla: se mezcla harina de maíz con agua y sal, formando una masa que se cocina en una plancha o sartén hasta dorarse. Su versatilidad radica en los múltiples rellenos que admite, desde opciones tradicionales como el queso blanco y la carne mechada, hasta combinaciones más modernas como pollo con aguacate o vegetales.
Algunas variedades populares son la «Arepa Reina Pepiada» que está rellena de pollo desmenuzado, aguacate y mayonesa; también está la «Arepa Pelúa» que es conocida por su carne mechada acompañada de queso rallado; o la Arepa con Perico, misma que lleva huevos revueltos con cebolla y tomate.
