El huapango es un género musical y de danza que tiene sus raíces en la región huasteca de México, una área que abarca partes de los estados de Hidalgo, Veracruz, San Luis Potosí, Tamaulipas, Puebla y Querétaro. Su origen se remonta a la época colonial, con influencias que combinan elementos indígenas, españoles y africanos, lo que ha dado lugar a un estilo musical único y característico de la cultura huasteca.
El término «huapango» se cree que proviene de la palabra náhuatl «cuauhpanco», que significa «sobre la madera», haciendo referencia a la plataforma de madera sobre la que tradicionalmente se baila este estilo. El huapango es conocido por su ritmo sincopado y el uso de tres instrumentos principales: la jarana huasteca, la guitarra quinta huapanguera y el violín. La jarana huasteca es una pequeña guitarra de cinco cuerdas, la guitarra quinta huapanguera es una guitarra de mayor tamaño y de tono más bajo, y el violín aporta melodías ornamentadas que son características del género.
El huapango se interpreta en distintas formas, siendo las más conocidas el huapango arribeño y el huapango huasteco. El huapango arribeño es típico de la región del altiplano y se caracteriza por un estilo más lento y poético, mientras que el huapango huasteco es más rápido y alegre, con una ejecución instrumental virtuosa y un canto falsete que es distintivo.
La danza del huapango es igualmente importante y se caracteriza por un zapateado rítmico y dinámico que acompaña a la música. Los bailarines, generalmente en parejas, realizan pasos complicados y a menudo improvisados que siguen el ritmo de la música, mostrando gran habilidad y coordinación.
A lo largo del tiempo, el huapango ha mantenido su popularidad y ha evolucionado, integrando nuevas influencias mientras preserva sus raíces tradicionales. Hoy en día, el huapango sigue siendo una parte vital de la identidad cultural de la región huasteca y es celebrado en festivales, concursos y eventos culturales en toda México.