¿Quién en su vida no ha probado la capirotada? Todo mexicano por excelencia ha comido por lo menos una vez en su vida el postre típico de Semana Santa, no es el favorito de muchos, pero sin duda su historia de origen es demasiada interesante.
El primer registro de un posible origen de la capirotada es del año 1477, fecha en la que se publicó un recetario de Roberto Nola; quien describió el platillo como “Almondrote”: rebanadas de pan tostadas y remojadas en caldo de carnero, alternándose con otras de carne de perdiz asada.
Si bien el primer antecedente de la capirotada no se le parecía mucho, en1780 la versión sin carne se popularizó y esta receta ya era más dulce, dicha comida fue creada por el Fray Gerónimo de San Pelayo, siendo ya una versión más cercana a la actual, compuesta de capas de pan, queso y aderezo.
Un dato interesante es que se creé que Hernán Cortés envenenó con este postre al colono Francisco Garay cuando quiso asentarse en Veracruz,