Cada año, millones de personas establecen propósitos de Año Nuevo con la esperanza de cambiar sus hábitos. Sin embargo, investigaciones muestran que solo dos de cada diez personas logran cumplir sus objetivos a largo plazo. Y aunque es una tradición fijar metas al inicio del año, los expertos aseguran que no hay evidencia de que hacerlo en enero aumente las probabilidades de éxito.
Wendy Wood, psicóloga conductual de la Universidad del Sur de California, explica que no existe un estudio que respalde la idea de que comenzar en enero o cualquier otro mes específico favorezca el mantenimiento de nuevos hábitos. De hecho, la verdadera clave para el éxito radica en las razones profundas y significativas que motivan a la persona a cambiar.
La motivación colectiva, común en los propósitos de Año Nuevo, también puede ser un factor tanto positivo como negativo. Según Selena Bartlett, neurocientífica de la Universidad Tecnológica de Queensland, los seres humanos tenemos una necesidad de pertenecer a un grupo, lo que explica la popularidad de fijar objetivos comunes. Además, los «hitos temporales», como el inicio del año, nos permiten ver los viejos hábitos como parte del pasado, lo que facilita la motivación.
No obstante, las desventajas son evidentes. Si la persona con la que compartimos un objetivo se desmotiva, es probable que nuestra motivación también disminuya. Además, el compararnos con los demás puede generar frustración si no obtenemos los mismos resultados.
La clave para un cambio real radica en los «puntos de inflexión», momentos significativos en la vida que nos impulsan a tomar decisiones profundas, como una enfermedad, una crisis financiera o un evento personal importante. Harold Hong, psiquiatra clínico, explica que estos momentos proporcionan una motivación duradera porque están vinculados a algo profundamente significativo.
Si bien el inicio del año no es necesariamente el mejor momento para cambiar, los expertos coinciden en que lo más importante es actuar cuando la motivación esté alta. Planificar cómo integrar el nuevo hábito en la rutina diaria aumenta las probabilidades de éxito. También se recomienda establecer metas pequeñas y concretas, como ir al gimnasio 30 minutos al día, y hacer que el nuevo hábito sea agradable, como escuchar música mientras se ejercita.
Aunque los propósitos de Año Nuevo son una tradición popular, la verdadera clave para el éxito radica en una motivación interna genuina y en un plan estructurado que garantice el éxito a largo plazo.
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