En una era de hiperconexión y multitarea, muchos padres enfrentan el desafío de lidiar con el frecuente “Me aburro” de sus hijos. En lugar de recurrir automáticamente a dispositivos móviles, expertos sugieren que permitir momentos de aburrimiento puede ser beneficioso para el desarrollo de la creatividad y el aprendizaje.
En la actualidad, los niños a menudo son entretenidos con dispositivos móviles para evitar que se aburran en situaciones como esperas o comidas fuera de casa. Sin embargo, la neurociencia revela que el aburrimiento tiene un propósito importante. El movimiento es esencial para el desarrollo del sistema nervioso; los niños que están constantemente en reposo, incluso si es por medio de dispositivos, pierden oportunidades de crecimiento neurológico. El movimiento estimula la segregación de sustancias químicas en el cerebro que fomentan la creación de nuevas conexiones neuronales, cruciales para el aprendizaje y la creatividad.
La capacidad de aburrirse puede ser una ventaja para desarrollar la creatividad. La plasticidad neuronal permite que el cerebro forme y deshaga redes de información, facilitando la adaptación a cambios y la resolución de problemas. En lugar de recurrir a las pantallas, fomentar el aburrimiento puede impulsar a los niños a explorar su entorno, desarrollar su curiosidad y mejorar su capacidad de imaginación. Esta práctica no solo enriquece el aprendizaje, sino que también fortalece habilidades valiosas para el futuro.
Para gestionar el aburrimiento de manera efectiva, los padres pueden ofrecer alternativas que estimulen el aprendizaje multisensorial. En lugar de dispositivos, proporcionar materiales como lápices, hojas para dibujar, plastilina o juegos de construcción puede ser útil. Actividades como hacer preguntas sobre el entorno, jugar a adivinar objetos con los ojos cerrados o encadenar historias pueden desarrollar los sentidos y la imaginación de los niños.
El aburrimiento no es sinónimo de falta de actividad; es una oportunidad para que el cerebro trabaje de manera creativa. Limitar el uso de dispositivos y fomentar actividades que requieran esfuerzo mental puede ayudar a los niños y adultos a fortalecer su capacidad de adaptación y resolución de problemas. Esta habilidad es cada vez más demandada en el ámbito laboral y educativo.
Permitir que los niños experimenten el aburrimiento y explorar su creatividad puede prepararlos para un futuro lleno de posibilidades. Al enfrentar el desafío del “Me aburro” sin recurrir a pantallas, estamos brindando a los más jóvenes una herramienta valiosa para su desarrollo personal y profesional.
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