Científicos británicos han desarrollado la primera batería de diamante de carbono-14, capaz de alimentar dispositivos durante miles de años gracias a su innovador uso del isótopo radiactivo carbono-14.
Este avance tiene aplicaciones potenciales en dispositivos médicos como marcapasos y audífonos, eliminando la necesidad de reemplazos frecuentes y mejorando la calidad de vida de los pacientes. Además, podría ser clave en entornos extremos, como el espacio, al proporcionar energía a largo plazo a naves espaciales y etiquetas de radiofrecuencia para rastreo, reduciendo costos operativos.
La batería funciona al capturar electrones generados por la desintegración radiactiva del carbono-14, similar a cómo los paneles solares convierten la luz en electricidad. Según el profesor Tom Scott, de la Universidad de Bristol, esta tecnología podría revolucionar áreas como la exploración espacial y la medicina.
El proyecto, desarrollado en colaboración con UKAEA, también aprovecha avances en investigación de energía de fusión, destacando su potencial para transformar la generación de energía sostenible y segura.
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