En octubre del 2007 los noticiarios se llamaron con la imagen de un hombre al que se le acusaba de ser un asesino en serie, se trata de José Luis Calva. El caso de esta persona es reconocido por ser una de las historias más aterradores en la historia de México, los crimines de José lo llevaron a ganarse el apodo de El Caníbal de la Guerrero.
La infancia del José no fue nada fácil pues su padre murió durante los primeros meses de su vida, su madre lo maltrato por años y se le obligaba a realizar cosas que con las que él no se sentía cómodo. Calva fue violado a sus seis años por un chico de 16 años, a los 12 se le corrió de su casa, por lo que comenzó a vivir en la calle.
Durante su adultez José logro salir adelante e incluso realizaba una de sus actividades favoritas el arte, el se autoproclamó como artista y se ganaba la vida vendiendo sus obras y recitando poesías en las calles de la Ciudad de México.
El Caníbal de la Guerrero llevaba una vida común e incluso se casó con una mujer y tenían dos hijos, una tarde su pareja lo reportó como desparecido (esto el cinco de octubre) El ocho de octubre del 2007 se le detuvo y en su sala se encontraron restos humanos, los reportes oficiales mencionan que el closet tenía el tronco de una de sus víctimas y en el refrigerador algunas partes de cuerpo cortadas en trozos.
José se declaró culpable y acepto ser el autor del asesinato de tres mujeres, pero lo que negó fue que practicó canibalismo con los restos de sus víctimas. El fiscal que atendió el caso Gustavo Salas, explica que no se le creyó a Luis, pues se señaló que: “En la sartén se encontraron restos de esta carne y un plato con cubiertos y hasta con un limón que nos hace presumir que las consumió”.
