Las emociones, al igual que los pensamientos aparecen y desaparecen cuando ellos quieren, no cuando nosotros lo queremos, pero ¿es posible tener algún control sobre las emociones?
Alguna vez te preguntaste ¿Cómo es que algunas personas pueden tener más control sobre sus nervios al hablar ante el público? o ¿Cómo personas que han recibido malas noticias pueden afrontar la situación con más calma?
Hay un enorme debate entre si podemos tener el control sobre nuestras emociones o no, sim embargo, hay investigaciones que concluyen que la forma en que interpretas tus emociones cambia la forma en la que las vives y sobrellevas, hay gente que paga dinero y hace horas de cola para subirse a una montaña rusa, mientras que otros no se subirían ni en sueños. Ambos sienten los mismos nervios, pero los interpretan de forma diferente, diversión vs terror.
Las emociones están ahí porque tienen una función evolutiva, si nuestros antepasados no hubieran experimentado el miedo ante las amenazas, es muy probable que no hubiéramos llegado hasta el día de hoy.
Existen frases que todos hemos escuchado, soltadas al aire como consejos que no tienen base ni evidencia que garanticen su efectividad, como “Intenta no pensar en lo que te preocupa” se ha comprobado que es totalmente contraproducente intentar suprimir ideas y pensamientos.
Realizar actividades esperando que estas liberen completamente tus emociones es otra de las grandes mentiras que más se creen en estos tiempos, hablando de aquellos grupos en donde practicaban la liberación de emociones por medio de la destrucción y agresividad está de más decir que era una técnica que no funcionaba y que incluso aumentaba la violencia como forma de respuesta ante las emociones, existen actividades que pueden ayudarnos a generar catarsis, sin embargo, estas no ayudarán en nada si no nos responsabilizamos, analizamos y entendemos nuestras emociones de manera profunda.
Forzarte a tener pensamientos a menudo funciona igual que con las actividades, si bien esto no te harán cambiar de negativas a positivas tus emociones, si ayudarán a que la intensidad de las emociones negativas disminuya, si en lugar de pensar: “no voy a poder con esto” piensas: “estará un poco complicado, pero lo puedo manejar” evitará que las emociones negativas se agraven.
Pero entonces ¿qué puedes hacer para gestionar de manera más saludable tus emociones?
Piensa en tu futuro más inmediato, con frecuencia las emociones intensas nos hacen olvidar que existe un futuro y que toda acción tendrá su consecuencia, pensar en el futuro más inmediato ayuda en el autocontrol.
La meditación ha demostrado científicamente su eficacia para prevenir los pensamientos negativos repetitivos y no sólo mientras meditas, sino también a largo plazo: es capaz de disminuir el nivel de activación de la amígdala de forma duradera.
La meditación también tiene estudios en la reducción de la ansiedad. En uno de ellos, cuatro clases de meditación de 20 minutos de duración fueron suficientes para reducir la ansiedad en un 39%.
Date permiso de preocuparte más tarde, diversos estudios han comprobado que después de un “tiempo fuera” de aquellas emociones éstas regresan con menor intensidad.
Escribe un diario de emociones, esta técnica se utiliza con frecuencia en terapias cognitivo conductual, en donde la escritura expresiva genera la expresión de pensamientos y sentimientos profundos, ayudando así a la sanación de éstas.
Busca un espejo, así es, estudios demuestran que al verte en un espejo ayuda a observarte desde una perspectiva más objetiva, separándote por algunos instantes de tus emociones.
Y lo más importante, encuentra el motivo de tus emociones, todas y cada una de nuestras emociones están ahí para decirnos algo, cuando sentimos envidia o celos nos están hablando de algo que quisiéramos para nosotros y el reconocer el motivo verdadero de esa emoción ayudará a trabajar de manera consciente en ello.
Estefanía López Paulin
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