El Kahlúa es un delicioso licor de café que ha ganado popularidad en muchas partes del mundo. Esto se debe a su sabor dulce y su textura espesa, además de su encantador aroma a café, que atrae incluso a los paladares más exigentes. Sin embargo, pocos conocen que este licor tiene sus raíces en México.
Los granos de café utilizados para elaborar esta bebida son del tipo arábigo y se cultivan en la sierra de Veracruz, en regiones cercanas a los estados de México y Puebla. El uso de este licor va más allá de ser un digestivo o ingrediente de cócteles; también se utiliza en la creación de helados, pasteles y diversos postres, como chocolates de distintos tipos. La historia de este licor se remonta al año 1936, cuando, según la versión más conocida, fue creado por la empresa Pedro Domecq, que se había establecido en México a principios del siglo XX.
Dado que el Kahlúa fue creado en México, Domecq, el productor original, tomó una importante decisión respecto a su nombre. Para preservar la identidad veracruzana, decidió que su producto insignia llevara el nombre de Kahlúa, el cual proviene del náhuatl y se traduce como «Casa de los Acolhua». Este nombre hacía referencia al topónimo de Kahlúa, utilizado para nombrar la isla frente al puerto de Veracruz, aunque algunos sugieren que en realidad es una palabra de origen árabe.
No obstante, existe otra versión sobre su origen mencionada en la página oficial de la bebida. Esta historia sostiene que los inventores fueron Senior Blanco, Montalvo Lara y los hermanos Álvarez. Todo comenzó cuando uno de ellos tuvo una gran idea y los demás lo apoyaron. El grupo compró café arábigo y le dio una intervención gastronómica que culminó con la creación de este maravilloso elixir. Desde entonces, Kahlúa se ha consolidado como uno de los licores más populares y queridos a nivel internacional.