En las profundidades del océano, donde la luz apenas penetra, habita una de las criaturas más enigmáticas del mundo marino: el tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus). Esta especie, que se encuentra en el océano Pacífico y el Atlántico, es considerada un «fósil viviente» debido a su parecido con antiguas formas de vida marinas que habitaron la Tierra hace más de 80 millones de años.
Lo que más llama la atención de este tiburón es su peculiar dentadura. Sus dientes, largos y delgados, cuentan con múltiples puntas afiladas, asemejándose a un peine o pequeños garfios. Esta adaptación le permite capturar y retener presas resbaladizas con gran efectividad, lo que lo convierte en un depredador formidable en las profundidades.
El tiburón anguila es un ejemplo fascinante de cómo la evolución puede conservar estructuras anatómicas por millones de años, manteniendo su eficiencia en un entorno donde la competencia por la supervivencia es feroz. Aunque poco se sabe sobre su comportamiento y biología debido a su hábitat inaccesible, cada nuevo hallazgo sobre esta especie continúa sorprendiendo a la comunidad científica.
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