Los aceites de cocina son una parte fundamental de nuestra dieta, pero la información contradictoria sobre su saludabilidad puede resultar confusa. Con tantas opciones disponibles, desde el aceite de coco hasta el de oliva, ¿cómo saber cuál elegir y si deberíamos evitar alguno?
Los aceites de cocina, obtenidos de frutos secos, semillas, frutas, plantas o cereales, se caracterizan por su contenido de grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas. En los últimos tiempos, el aceite de coco ha ganado popularidad como un «superalimento» gracias a su alto contenido de grasas saturadas, alrededor del 90%.
Sin embargo, a pesar de ser aclamado como beneficioso, un epidemiólogo de la Universidad de Harvard lo califica como «veneno puro». El consumo excesivo de grasas saturadas, más de 20g para mujeres y 30g para hombres al día según las directrices del Reino Unido, aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas al elevar el colesterol en el cuerpo.
Los ácidos grasos, componentes esenciales de los aceites, pueden ser de cadena corta, media o larga. Mientras que los de cadena corta y media se utilizan como fuente de energía, los de cadena larga aumentan los niveles de colesterol en sangre y pueden almacenarse en el hígado como grasa, lo que podría causar problemas de salud.
El aceite de coco, en particular, ha sido objeto de controversia. Aunque se ha sugerido que puede aumentar el colesterol beneficioso HDL, varios estudios han mostrado que también aumenta el colesterol perjudicial LDL, relacionado con enfermedades cardíacas.
Por otro lado, el aceite de oliva ha sido elogiado por sus beneficios para la salud, especialmente en el contexto de la dieta mediterránea. Su contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas se asocia con una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El aceite de aguacate, una opción más reciente en el mercado, también ha demostrado tener efectos positivos sobre la salud cardíaca, aunque se necesitan más investigaciones para respaldar estas afirmaciones.
Mientras que los aceites de cocina son indispensables en nuestra dieta, es crucial elegir opciones más saludables, como el aceite de oliva, y limitar el consumo de grasas saturadas. Consultar con un profesional de la salud puede ser útil para determinar cuál es la mejor opción para cada individuo.
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