La noción arraigada de que solo los seres humanos pueden comprender la muerte se encuentra bajo escrutinio, desafiada por la filósofa e investigadora Susana Monsó. Su investigación, publicada en la revista Erkenntnis en 2022, propone explorar la posibilidad de que algunos animales puedan poseer un concepto de la muerte.
Monsó aborda la complejidad de acceder al mundo cognitivo animal, señalando la dificultad para evaluar si los animales comprenden o no la muerte. La comunicación no verbal de los animales y la tendencia a antropomorfizar su comportamiento plantean desafíos en este campo de estudio.
La filósofa sugiere que la comprensión animal de la muerte se basa en la comprensión de conceptos más que en el mero reconocimiento de estímulos. El entendimiento de que un individuo muerto estuvo vivo y la comprensión de la irreversibilidad y disfuncionalidad de la muerte son aspectos clave, según su enfoque.
Contrario al antropocentrismo, Monsó y Antonio J. Osuna-Mascaró de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena argumentan en contra de sobreintelectualizar el concepto de muerte en los animales, sosteniendo que esta capacidad podría ser menos compleja de lo que se pensaba.
Si bien se observa en animales como primates, cetáceos, elefantes, cuervos o roedores una posible comprensión de la muerte, discernir si son conscientes de su propia mortalidad es un desafío. El duelo animal no siempre implica conciencia de la propia muerte, y ciertos comportamientos, como el apartarse de la manada o intensificar relaciones, pueden ser instintivos más que conscientes.
Aunque se evidencia que algunos animales comprenden la muerte, aún queda en duda si son conscientes de su propia mortalidad. La complejidad de su mente y la dificultad para interpretar su comportamiento sin sesgos humanos subrayan la necesidad de más investigación para dilucidar este intrigante debate.
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