Los virus son entidades microscópicas que, a pesar de su pequeño tamaño y simplicidad estructural, tienen la capacidad de desencadenar enfermedades de gran impacto en la salud humana. Comprender cómo se desarrollan y se propagan en el cuerpo es crucial para combatir enfermedades virales como la gripe, el covid-19 y otras infecciones virales.
¿Cómo aparece un virus?
Un virus no es capaz de reproducirse por sí mismo; necesita invadir una célula huésped para multiplicarse. El proceso comienza cuando el virus entra en contacto con una célula susceptible, generalmente a través de receptores específicos en la superficie celular que el virus reconoce y utiliza para adherirse.
Una vez que el virus se adhiere a la célula, su material genético (que puede ser ADN o ARN) es introducido en el interior de la célula huésped. Aquí, el virus secuestra la maquinaria celular, como ribosomas y enzimas, para replicar su material genético y producir nuevas proteínas virales. Este proceso convierte a la célula infectada en una «fábrica» de nuevos virus.
Así es como entran al cuerpo
A medida que se producen nuevos viriones (partículas virales completas), estos se ensamblan y salen de la célula huésped, a menudo matándola en el proceso. Los viriones liberados pueden infectar células vecinas y repetir el ciclo, lo que resulta en la propagación del virus dentro del cuerpo.
El sistema inmune del cuerpo humano juega un papel fundamental en la contención y eliminación de la infección viral. Las células inmunitarias, como los linfocitos T y los macrófagos, detectan y destruyen las células infectadas y los viriones circulantes. Sin embargo, algunos virus pueden evadir la respuesta inmune, lo que les permite persistir y seguir propagándose.
¿Cómo se transmiten los virus?
La propagación de un virus no se limita al interior del cuerpo. Los virus también tienen mecanismos para transmitirse de un huésped a otro, lo que es esencial para su supervivencia a largo plazo. La transmisión puede ocurrir de diversas maneras, como a través del aire (al toser o estornudar), contacto directo (besos o apretones de manos) o mediante superficies contaminadas.
El ciclo completo de infección y transmisión es lo que permite a los virus causar brotes y pandemias. Por ejemplo, en el caso del SARS-CoV-2, el virus responsable del COVID-19, la alta tasa de transmisión se debe a su capacidad para replicarse rápidamente en las vías respiratorias y ser expulsado fácilmente a través de pequeñas gotas respiratorias.
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