La ciencia ficción ha dado forma a numerosos tipos de extraterrestres, desde insectoides hasta gigantes con orejas puntiagudas, pasando por seres con apariencia de masa viscosa. Los científicos han intentado acercarse a una respuesta con base en principios de biología, física y evolución.
Una de las preguntas más comunes es sobre la forma y estructura de estos seres. En la Tierra, la biología de los seres vivos está regida por la simetría bilateral, un patrón que facilita la locomoción y la organización del cuerpo. Si los extraterrestres son inteligentes, es probable que tengan también una simetría bilateral, lo que implicaría una cabeza separada del torso y apéndices libres, como manos, para manipular el entorno.
En cuanto a su tamaño, la gravedad del planeta sería un factor determinante. Si bien la idea de gigantes como los de los cuentos parece atractiva, la naturaleza impone límites. Según Galileo, los organismos no pueden crecer infinitamente debido a las leyes de la física. A mayor tamaño, la masa aumenta más rápido que la superficie, lo que haría imposible que criaturas gigantes sobrevivan sin estructuras especiales que soporten su peso. Por lo tanto, en mundos de alta gravedad, es probable que los seres sean de tamaño pequeño para adaptarse a las exigencias físicas.
La gravedad también influiría en la movilidad. En planetas con alta gravedad, los huesos y músculos tendrían que ser más robustos para soportar el peso, lo que dificultaría el movimiento. En cambio, en planetas con baja gravedad, los seres podrían ser más grandes, pero también enfrentarían el riesgo de que la atmósfera se escape al espacio, como ocurrió con Marte.
La ciencia también ha explorado la posibilidad de formas de vida exóticas. Carl Sagan, por ejemplo, propuso un ecosistema flotante en las nubes de Júpiter, con seres que se asemejan a globos aerostáticos y depredadores con forma de misiles. Otros científicos, como el radioastrónomo Frank Drake, han especulado sobre la existencia de vida basada en fuerzas nucleares, como en las estrellas de neutrones.
A pesar de estas ideas extravagantes, la teoría de la evolución sugiere que muchos extraterrestres en planetas similares al nuestro podrían tener una morfología parecida a la humana. El paleontólogo Simon Conway Morris afirmó que la evolución tiende a converger hacia soluciones similares, por lo que la aparición de inteligencia en otros mundos podría dar lugar a seres que no se alejan demasiado de nosotros.
Sin embargo, hay quienes creen que la evolución en otros planetas podría ser completamente diferente. Según el biólogo Stephen Jay Gould, la historia de la vida en la Tierra es única, y no podemos esperar que los extraterrestres sean humanos o similares a nosotros. Además, el biólogo Ernst Mayr consideraba que la inteligencia es una característica improbable y que pocas especies logran alcanzarla.
Aunque la ciencia no puede responder con certeza cómo serían los extraterrestres, las leyes de la física y la biología nos permiten especular sobre características comunes, como la simetría bilateral y la necesidad de un sistema de comunicación y manipulación. No obstante, el verdadero desafío será imaginar las formas de vida que podrían existir en ambientes completamente distintos a los que conocemos, desafiando incluso las ideas más convencionales de lo que entendemos por vida inteligente.
Seguiremos informando.
