Cuando hemos decidido tener a un gatito en casa, hay muchas cosas que debemos considerar y que nos permitirán saber a simple vista, si se encuentran sanos y listos para integrarse a nuestra familia. Con la revisión adecuada de aspectos muy sencillos, podemos darnos una idea si cuenta con las condiciones ideales para salir adelante y llenar un nuevo hogar con su gran amor.
- Ojos: Los ojos de tu gatito deben verse “limpios” y sin lagañas, es importante que brillen y que sean claros, sin manchas, enrojecimiento o nublados. Como bien dicen los ojos son el reflejo del alma y en su mirada podrías llegar a darte cuenta si se siente enfermo, si ha sufrido padecimientos o si presenta alguna anomalía.
- Revisa los restos de heces: No olvides revisar que tu gatito no tenga restos de heces pegadas a su cuerpo o que tampoco se ensucie todo, esto seguramente indicaría que padece diarrea y podría ser muy peligroso, sobre todo para un gatito recién nacido porque podría indicar que no cuenta con la nutrición y fortaleza necesaria. Podría ser signo de un padecimiento agudo y provocar deshidratación, la cual debe ser evitada.
- Boca: Si consideras que el aliento de tu gatito no es bueno ¡ALERTA! Podrías encontrarte con un problema dental o gastrointestinal. También revisa sus encías, deben verse rosas, sin hinchazón, sus dientes no deben estar decolorados ni deben mostrar señas de lesiones ni tener objetos extraños como pedazos de hilos o cuerdas.
- Nariz: Si observas que tu gatito se frota mucho la cara puede ser que le duela alguna parte de ésta, al igual que si babea mucho. Lo ideal siempre será que tenga su nariz húmeda y blanda, sin caer en el exceso de goteo o mucosidad, porque entonces nos puede indicar otro tipo de problemas respiratorios.
- Dientes: Un fácil indicador para saber si tu gatito está lo suficientemente apto para tener una vida individual, es decir sin necesitar estar junto a su mamá, es revisar si tiene los caninos desarrollados, esto te indicará que ya puede masticar y que podrá alimentarse de otras texturas como las variedades de croquetas.
- Orejas: Deben estar limpias y no tener olor, la presencia de cerilla es normal, pero observa que no sea excesiva a simple vista. Cuando ya lo tengas en casa, mensualmente revisa sus oídos y asesórate con su veterinario para limpiarlos con mucho cuidado, esto puede ayudar a evitar la formación de infecciones e incluso prevenir problemas de audición. Si ves que tu gato mueve mucho su cabeza, se rasca las orejas o las frota, llama a su veterinario lo antes posible.
- Piel y pelo: la piel debe ser rosita no roja, pálida, escamosa, seca o grasosa. No todos deben verse brillantes, pero si notablemente tener una estructura de piel y pelaje sanos, sin nudos o marañas.
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