La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han revelado que, a pesar de la falta de un consenso definitivo, las olas de calor se caracterizan por ser periodos inusualmente calurosos, secos o húmedos, tanto de día como de noche, con un inicio y fin abruptos. Este fenómeno, con una duración mínima de dos o tres días, afecta tanto a los seres humanos como a los sistemas naturales.
El aumento de las temperaturas desencadena una respuesta fisiológica en el cuerpo humano, marcada por la vasodilatación periférica y la sudoración excesiva. Esta reacción, aunque destinada a enfriar el cuerpo, puede sobrecargar el sistema cardiovascular y provocar pérdida masiva de líquidos y electrolitos.
La exposición prolongada al calor puede desencadenar una serie de problemas de salud, desde edema y síncope hasta deshidratación severa y accidentes cerebrovasculares. La mayoría de las muertes relacionadas con el calor no son directas, sino que resultan del agravamiento de enfermedades preexistentes, como las cardiovasculares, renales o psiquiátricas.
Además de estos efectos directos, las olas de calor pueden desencadenar consecuencias indirectas, como la escasez de agua potable, la falta de alimentos frescos y la interrupción de la cadena de frío para vacunas, especialmente en regiones afectadas por sequías o problemas de infraestructura.
Para prevenir los efectos adversos de las olas de calor, la OPS sugiere medidas como evitar la exposición directa al sol, especialmente durante las horas más calurosas, y evitar dejar a niños o ancianos en vehículos estacionados. Se recomienda mantenerse hidratado, tomar duchas o baños fríos, y mantener la vivienda fresca utilizando aire acondicionado o ventiladores.
La capacidad de adaptación individual juega un papel crucial en la respuesta al calor, pero es esencial seguir las recomendaciones de las autoridades locales y estar alerta ante cualquier síntoma de malestar. La prevención y la prudencia son clave para enfrentar los desafíos que plantean las olas de calor en la salud pública
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