Uno de los órganos más complejos en el cuerpo humano y que más misterios ha generado para los científicos y profesionales de las ciencias de la salud, es el cerebro.
Controla gran parte de las funciones diarias, es la base de la capacidad para comunicarse, tomar decisiones, resolver problemas y vivir una vida productiva y útil, afirma la Federación Mundial de Neurología.
Desgraciadamente, existen múltiples enfermedades que ocasionan que este órgano se vaya desgastando con el paso de los años, haciendo más susceptible a las personas de padecer enfermedades como lo son la demencia, alzheimer, entre otro tipo de enfermedades neurodegenerativas y cerebrovasculares, ocasionadas por la muerte de neuronas y la degeneración de los tejidos cerebrales.
Por ellos es importante preocuparnos sobre nuestra salud cerebral, cuidar el órgano con la importancia que se merece tendrá un papel importante mientras vayamos creciendo, disminuyendo la posibilidad de padecer alguna de estas enfermedades y mantener una buena salud cerebral.
Existen ejercicios y cuidado que son óptimos para el funcionamiento de nuestro cerebro, alguno de los cuidados que ayudan a reducir el daño cerebral son no fumar y no excederse en el consumo de alcohol, mantener un descanso óptimo y una alimentación baja en grasas y alimentos chatarra, así como acudir constantemente a chequeos y mantener vigilados los niveles de tensión arterial, de glucemia, de colesterol y de triglicéridos.
El ejercicio físico también tiene un papel crucial en lo que respecta a la salud cerebral, según un artículo publicado por la Escuela de Medicina de Harvard de Estados Unidos, diversos estudios han relacionado las mejoras cognitivas tras el ejercicio (principalmente aeróbico, como correr o montar en bicicleta) con el aumento de la capacidad del corazón, los pulmones y la sangre para transportar oxígeno.
“Como resultado, se han descrito efectos cerebrales generalizados, como el aumento del número de vasos sanguíneos y sinapsis, el aumento del volumen cerebral y la disminución de la atrofia cerebral relacionada con la edad”, explica la escuela de medicina.
Así mismo los ejercicios cognitivos favorecen ampliamente el cuidado cerebral, actividades creativas, como la pintura y otras formas de arte, el aprendizaje de un instrumento, la escritura expresiva o autobiográfica, y el aprendizaje de un idioma también pueden mejorar la función cognitiva según diversos estudios.
Las personas que han tenido mayor entrenamiento a lo largo de su vida, se encuentran en mejor situación frente a los trastornos de memoria propios de la edad o a los relacionados a los patológicos como la enfermedad de Alzheimer.
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