El incendio forestal en la sierra de Xilitla sigue fuera de control. Desde el pasado viernes, el fuego volvió a activarse en la zona de Ollita del Pino y, pese a los esfuerzos de brigadistas y voluntarios, las llamas han seguido avanzando sin freno. El pasado lunes llegó un helicóptero de la Marina para reforzar las labores desde el aire, pero la situación sigue siendo crítica.
Mientras tanto, el alcalde Óscar Márquez ha optado por el silencio. No ha querido declarar nada sobre el incendio, y según habitantes del Pueblo Mágico, ha dado instrucciones para que nadie pueda hablar del tema en redes sociales. Algunos combatientes del fuego y vecinos han manifestado su indignación, pues afirman que al edil le preocupa más la imagen política que el desastre ecológico que tienen frente a los ojos.
“El presidente anda más preocupado por colgarse la medalla del helicóptero que por apoyar a la gente que está allá arriba partiéndose el alma”, comentó un poblador que prefirió no dar su nombre por temor a represalias.
Los brigadistas están exhaustos y los víveres comienzan a escasear. Sueros, agua, alimentos: todo hace falta. Ante esta situación, ciudadanos organizados, como el Grupo de Vecinos Vigilantes y miembros del sector turístico, han iniciado una colecta para llevar apoyo urgente a quienes están arriesgando su vida por proteger los bosques de Xilitla.
A pesar del llamado a callar, hay voces que se están levantando. La sierra arde, y el tiempo se agota. Lo que se necesita hoy no son discursos ni poses políticas, sino acción real, apoyo tangible y autoridades que estén a la altura de la emergencia.
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