Los bosque nubosos de Cundinamarca, en el centro de la región Andina de Colombia, todavía guardan bastantes secretos que los científicos han intentado descifrar. El más reciente de ellos fue el descubre de una nueva especie de Salamanca, a la que se le ha nombrado como Bolitoglossa muisca.
El anfibio fue encontrado en la vertiente occidental de la Cordillera Oriental de los Andes, en el municipio de Bojacá, cuando investigadores de la Fundación Naturamonitoreaban la herpetofauna anfibios y reptiles en un sector del área protegida regional Distrito de Manejo Integrado Cerro Manjuí Salto del Tequendama, donde se han enfocado en mejorar el estado de los bosques nubosos remanentes de la región, mediante acciones de restauración y conservación.
Cuando se realizó el hallazgo de la nueva especie, Yeny Rocío López-Perilla, licenciada en ciencias naturales y educación ambiental, ya llevaba varias salidas de campo en las cuales observaba y recolectaba especímenes de anfibios y reptiles para conocer más sobre la riqueza natural de la zona, que ha sido históricamente afectada por la tala de bosques para actividades humanas y que se encuentra aproximadamente a 40 kilómetros de Bogotá. En el momento que capturó a Bolitoglossa muisca no tenía idea que se trataba de una nueva especie para la ciencia, pues se parecía bastante a otras especies descritas de salamandras. Sin embargo, cuando llegó al laboratorio se dio cuenta que no era exactamente igual a las que ya conocía.
La descripción de una nueva especie es un proceso exhaustivo y, literalmente, milimétrico. A esta nueva salamandra se le tomaron las medidas del cráneo, del cuerpo, de las patas y hasta de los dientes. De hecho, los investigadores encontraron que una de las principales diferencias con su especie hermana, la salamandra adspersa, era que el nuevo anfibio poseía más dientes.
Bolitoglossa muisca mide aproximadamente 5.28 centímetros, mientras que adspersa es un poco más pequeña, midiendo 4.5 centímetros en promedio, del hocico a la cola.
El pequeño anfibio fue nombrado Bolitoglossa muisca en honor a los indígenas del altiplano cundiboyacense y la sabana de Bogotá. Los muiscas consideraban a los anfibios como criaturas sagradas asociadas con el sexo, la fertilidad y la llegada de la temporada de lluvias.
“Las salamandras no tienen pulmones, entonces dependen totalmente de la humedad y son difíciles de ver, contrario a muchas ranas que pueden empezar a saltar mientras vas caminando. Hay que buscar [a las salamandras] en la vegetación, hay que buscar dentro de las bromelias. Tienes que remover la hojarasca. Hay que hacer una búsqueda exhaustiva para tener registros de salamandras”, comenta López Perilla.