Si reflexionas un momento en las cosas que te quitan el sueño, descubrirás que muchas escapan de tu control, esto mismo es lo que nos dice la teoría del círculo de influencia y preocupación.
Esta propuesta la formuló el reconocido experto en liderazgo Stephen Covey, en su best seller titulado Los 7 hábitos para la gente altamente efectiva (2011). Consiste en un valioso enfoque que te permite focalizar tu energía y recursos en aquello que sí puedes cambiar y que está bajo tu influencia.
El círculo de influencia y preocupación tiene como finalidad permitirte visualizar dónde debes concentrar tus esfuerzos emocionales, cognitivos y conductuales. Para comprender mejor este modelo, visualiza dos esferas. La primera, la de influencia, que incluye todo aquello que sí está bajo tu control. La segunda, simboliza lo que escapa por completo a tu dominio.
El círculo de preocupación, lo que no puedes dominar
Esta primera área se sitúa en un espacio muy distanciado de ti. Aunque te gustaría, no lo puedes alcanzar porque se encuentra fuera de tus dominios. De esta manera, el círculo de la preocupación simboliza todos esos asuntos personales y globales sobre los que casi nunca tendrás un control directo. Y, en efecto, algo así te suscita una gran frustración y estrés.
¿Y cuáles son las cosas que están fuera de tu control?
- Los eventos del pasado: lo sucedido ayer es inmutable, nadie puede alterarlo. Es una realidad que debes aceptar para no caer un laberinto de pensamientos inútiles e irracionales.
- El paso del tiempo: ¿a quién no le encantaría poder detener en un momento dado el transcurso de los años para que ciertas cosas no cambiarán? Como bien sabes, esto resulta imposible.
- Acciones de las personas: en efecto, aunque a veces puedas tener cierta influencia en los demás, no siempre podrás controlar sus reacciones, decisiones y sentimientos. Mucho menos su forma de ser.
El círculo de influencia, lo que sí está bajo tu control
La teoría del círculo de influencia y preocupación sitúa el enfoque en esa área sobre la que sí puedes tomar medidas significativas y marcar una diferencia positiva. En este sentido, si eres capaz de focalizarte en todo aquello que sí puedes manejar a tu favor, tu salud mental lo notará.
Un ejemplo de ello es lo que resaltan en Journal of Experimental Psychopathology al señalar que cuando una persona toma conciencia de que puede dominar un peligro o amenaza, regula mucho mejor su ansiedad.
¿Y cuáles son las cosas que si están dentro de tu control?
- Tienes control sobre tus decisiones.
- Eres libre para marcarte tus metas y objetivos.
- Puedes cuidarte mejor y priorizarte cuando lo necesites.
- Puedes elegir a quién deseas tener en tu vida y a quién no.
- Tienes la capacidad de administrar tu tiempo de manera efectiva.
- Puedes controlar tu comunicación y aquello que dices en cada momento.
Seguro que, en más de una ocasión, te has visto atrapado en los ciclos de pensamiento rumiante y excesivo, esta dinámica cognitiva tiene con frecuencia su origen en situar la mirada en aspectos que quedan fuera de tu control. Por ende, una estrategia que te será útil en esta situación es aplicar, en primer lugar, la técnica de la parada de pensamiento.
Este recurso cognitivo-conductual te invita a dejar de pensar para reducir la angustia, luego, ya con más calma, debes identificar esas preocupaciones que te hacen sufrir y darles solución, tomar decisiones racionales y reflexivas es el modo más útil de romper el círculo de la preocupación.
Tu realidad está dominada por parcelas inciertas y poco claras que deberás aceptar, nadie tiene una bola de cristal para anticipar todo lo que va a suceder, entiende que la vida es una sutil combinación de eventos que puedes escribir en tu agenda y otros que nunca podrás prever. Asumir esa contradicción es un ejercicio de bienestar y de madurez.
Estefanía López Paulín
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