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Muxes, el tercer género reconocido desde la época Prehispánica

Juchitán de Zaragoza Oaxaca, no solo es conocido por su famoso mercado donde se consume carne de venado, carne y tamales de iguana, de armadillo, de conejo y huevos de tortuga sino también por la existencia de una comunidad llamada muxe (o mushe), que es el género que define a una persona masculina que asume el rol femenino en cualquiera de los ámbitos social, sexual y/o personal, dicho en otros términos, son  personas a las que algunos llaman travestis, mujeres transgénero o mujeres transexuales. El término muxe proviene de la palabra española mujer, que deriva de la fonética que usaron los zapotecas en el siglo XVI, pues los consideraban como un tercer sexo, es decir diferentes a hombres y mujeres, aunque algunos historiadores y antropólogos aún discuten su significado. Lo cierto es que en la lengua zapoteca no existe género gramatical por lo que no se acostumbra llamar a alguien en femenino o masculino a diferencia del castellano.

Una de las prioridades de la cultura zapoteca es la unidad familiar, donde desde tiempos remotos prevalecía el matriarcado, es decir que las mujeres se dedicaban al comercio y eran las que tomaban las decisiones importantes, mientras que los hombres se encargaban únicamente de cultivar y cazar. A principios de la década de los setenta, aproximadamente el 6% de la población masculina eran muxes, mismos que al paso de los años han ido ganando reconocimiento y prestigio en la sociedad por cumplir con actividades propias del hogar, como: limpiar, cocinar, bordar y lo más importante, el cuidado de sus padres en la vejez y que al faltar la madre o la abuela heredan el papel de autoridad en la familia.

La cultura muxe tiene una conexión con la tradición del balana, que es la preservación de la virginidad de las mujeres hasta el matrimonio la cual se originó durante la evangelización, por ello, la muxeidad nace en parte de la necesidad sexual del hombre y al mismo tiempo por cuidar la integridad de las mujeres.

No todos los muxes son identificados de la misma forma pues existen dos categorías: muxes gunaa que es el grupo femenino y muxes nguiiu (in-gui-ú) el grupo masculino. En el caso de las gunaa, el primer paso es que se reconocen a ellas mismas y poco a poco al convivir con otras muxes son guiadas hasta formar su identidad haciendo una transición para ser identificadas como mujeres, situación que han enfrentado para ser aceptadas sobretodo en los oficios tradicionales de las artesanías y el bordado. Las nguiiu tienen más privilegios que las anteriores por no cambiar totalmente su identidad y aceptar que ante todo son hombres, tienen más oportunidades para estudiar y emplearse en diferentes trabajos y hasta hacer uso del sanitario para hombres.

Después de muchos debates y controversias, las muxes también pueden vestir la indumentaria tradicional y reciben el mismo respeto que las mujeres durante las fiestas de Las Velas que son en el mes de mayo en honor al Santo Patrón San Vicente Ferrer, noches donde abunda la comida, la bebida y la música. Fue a partir de 1975 cuando crearon su propia festividad a la que llamaron Las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro, que inició como una simple convivencia y hoy en día se incluye a toda la comunidad como muestra de integración de la diversidad sexual en la sociedad, ganando aceptación en diferentes lugares de México y el mundo.

La revista Vogue México presentó en su edición de diciembre de 2019 a Estrella, Victoria La Toya López, Felina Santiago y Biniza Carrillo, muxes que hablan de su historia de vida, de problemas contemporáneos como el racismo, la violencia y el odio pero resaltando lo que siempre quisieron ser.

Gran parte de la población muxe no se identifica ni como hombre ni como mujer sino como un tercer género, por ello, lo mejor es siempre preguntar, ya que para algunos puede no solo ser ofensivo que usen el género opuesto sino que es sinónimo de discriminación.

MUNICIPIO SOLEDAD GRACIANO SANCHEZ
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