El piloto mexicano, Sergio Checo Pérez (Red Bull), protagonizó un atropellado inicio del Gran Premio (GP) de Italia luego de perder posiciones por un mal arranque; registrar un toque con Carlos Sainz Jr. (Ferrari) – que no ameritó sanción, ni retiro -, y una falla en sus discos de frenos.
Esta última suscitó durante las primeras vueltas cuando el oriundo de Jalisco fue llamado a su primera entrada de pits: momentos antes de llegar a la estación, la monoplaza de Pérez comenzó a emanar humo blanco en la parte delantera derecha.
La humareda continuó después de su salida, incluso registrando algunos chispazos, lo cual obligó al Red Bull a tomar cautela y disminuir su velocidad. Sin embargo, las averías no pasaron a mayores y continuó en su lucha por remontar en el Circuito de Monza.
Vueltas después, el mexicano logró ingresar a la tabla de puntos, colocándose hasta la sexta posición. Fue entonces que el decreto de un Safety Car por un incidente de Daniel Ricciardo (Mc Laren) abrió la oportunidad – tanto para Pérez, como a otros pilotos – de recuperar posiciones a pocas vueltas de concluir.
Sin embargo, el automóvil de seguridad extendió su estadía en la pista – aún cuando ésta ya se encontraba limpia – y frustró las esperanzas de los automovilistas por subir de posiciones (como el caso de Pérez) o pelear por un mejor puesto en el podio. Finalmente, la unidad se retiró al final de la última vuelta, a metros de la línea de meta.
De esa manera, Checo Pérez se quedó con el sexto lugar, por detrás de Carlos Sainz Jr. y Lewis Hamilton (Mercedes Benz), quienes quedaron en cuarto y quinto respectivamente. En tanto, el podio de Monza estuvo conformado por los compañeros de estos tres: Max Verstappen (Red Bull) a la cabeza GP de Italia, seguido del monegasco de Ferrari, Charles Leclerc, en segundo y George Russell (Mercedes Benz) en el último puesto del podio.
Con información de F1 e Infobae.com