
Tamasopo, S.L.P.- Está claro que a Rosy Chavira sólo le importan pocas cosas y entre ellas está buscar, desde ya, la reelección como alcaldesa de Tamasopo, sin embargo la panista-perredista le está echando muchas, pero muchas ganas para no ganar. Resulta ser que la doña no asiste a las reuniones de seguridad que cada semana encabeza la delegada regional Teresa Pérez Granados, con alcaldes de la zona, personal del Ejército, el subprocurador de la Fiscalía, Policía Estatal, Federal y municipales.
Con el pretexto de que “en Tamasopo no tenemos inseguridad”, Chavira no acude a las reuniones semanas en las que se evalúa la estrategia de seguridad, se adecua y se vislumbran posibles puntos débiles y focos de atención. Lo peor es que tampoco manda a su jefe policiaco, Rigoberto Villegas Muñoz, quien en pocas y contadas ocasiones ha acudido a las reuniones.
Lo grave es que los hechos de inseguridad y delictivos que se están registrando en Tamasopo se han estado ocultando, esto por indicación directa de Rosalba Chavira, quien dio la orden de que no trascendiera nada.
La indicación para maquillar las cifras delictivas llevó a la policía y paramédicos a no reportar la muerte por ahogamiento de un turista ocurrido el 26 de junio en el paraje Aguabuena, donde no había personal de Protección Civil, paramédicos, rescatistas, salvavidas ni nadie capacitado para brindar atención a los bañistas.
La política de Chavira es de silencio total, hay indicaciones de no filtrar datos, negar información a periodistas y, por ningún motivo, reportar hechos delictivos que ocurran en el municipio. Y así quiere otros tres años viviendo del erario público.