A solo unos días de finalizar el año nos encontramos con preguntas como “¿Qué tal ha sido este año?, ¿He hecho todo lo que tenía y quería hacer?, ¿he cumplido mis propósitos?, ¿ha sido un año bueno o malo?” Es aquí donde empezamos a hacer un balance de todo, tanto negativo como positivo.
Y muchos quizá se pregunten “¿Es bueno pensar en lo que ya ha pasado?” Pues lo es tanto como planificar los tiempos futuros, esto nos sirve para construir nuevas metas y para hacer cambios que puedan mejorar nuestra forma de reaccionar, analizar de lo que somos capaces y el tiempo que disponemos.
Para este análisis o balance es necesario dedicarle su tiempo y espacio, es aconsejable buscar un lugar cómodo y tranquilo que nos permita un momento de paz para reflexionar.
Si el resultado es negativo o vemos que muchas cosas han salido mal, nos ha ocurrido algún hecho traumático, o hemos pasado por una mala temporada, no es cuestión de preocuparse, torturarse, o culparse, es tiempo de buscar el aprendizaje en esos puntos débiles y hacer cambios en nosotros que nos permitan ser más fuertes e inteligentes.
Una vez hecho el análisis del año anterior nos disponemos a mirar hacia el que viene. Crea objetivos necesarios y realistas, mucho no es sinónimo de mejor, si nos hacemos una lista infinita de cosas por hacer puede que hasta nos agobiemos de tanto trabajo por hacer. Es responsabilidad de cada uno el observar sus propias capacidades y tiempo y con base en ello valorar hasta qué punto podemos cumplir ciertas cosas, crea tu propio ritmo, estas en una carrera compitiendo contra ti mismo, no contra los demás.
Para tener una lista de propósitos de año nuevo real y sincera debemos establecernos objetivos concretos, no es lo mismo: “quiero bajar de peso” que “cambiaré mi alimentación y hare ejercicio para mejorar mi salud”. Si bien, la mayoría de los propósitos se fijan para determinada época del año es necesario también crearnos objetivos mensuales, semanales e incluso diarios.
Y por último, aprovecha las fechas, muchos podrán decir que solamente es un calendario nuevo, pero puedes utilizar el cambio de año y la motivación que esto nos trae para proponerte nuevos retos y abrirte al cambio.
Recuerda que si en lugar de sentirte motivado las fechas te deprimen tanto que lo ves como un problema que te agobia, puedes recurrir a la ayuda de un psicoterapeuta.
Estefanía López Paulín
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