Con una conmovedora ceremonia, las comunidades y ejidos de la zona tének han dado inicio a los festejos del Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de su cultura.
La Casa de Cultura del ejido La Lima se convirtió en el epicentro de esta importante tradición, ya que los habitantes de la cordillera se reunieron para colocar los altares y ofrendas en honor a sus seres queridos que han partido de este mundo. Esta emotiva ceremonia marcó el inicio de las festividades que se extienden a lo largo de varios días.
La Unidad Especializada en Atención a los Pueblos y Comunidades Indígenas informó que se llevó a cabo una ceremonia especial que incluyó danzas tradicionales, la creación de un altar conmemorativo y la presentación de ofrendas. Este evento representa un momento de profundo respeto y conexión con sus antepasados.
Según la creencia tének, el 29 de septiembre se considera el día en que las puertas del cielo se abren para que las almas de los seres queridos fallecidos inicien su camino hacia el mundo de los vivos. El punto culminante de esta festividad se celebra los días 31 de octubre y 1 de noviembre, cuando se cree que las almas llegan a los hogares de sus familiares, quienes las esperan con las ofrendas.
Este vínculo entre los vivos y los muertos se mantiene a través de los aromas que emanan de los arcos elaborados desde finales de septiembre y del incienso de copal, que se quema en las ofrendas. Estos olores son considerados como guías para las almas en su travesía hacia el mundo terrenal.
