
Nuevamente el control de la plaza potosina por parte de grupos antagónicos del crimen organizado se encuentra en disputa, aunque la indicación es “no digan nada”. Recientemente a San Luis Potosí, SLP, arribó un convoy de sicarios pertenecientes a uno de los grupos delictivos, aunque no se especifica a cuál.
Durante las reuniones matutinas de seguridad en las que participan elementos del Ejército, Guardia Nacional, Policía Estatal, Municipal de San Luis y Soledad, el superdelegados Gabino Morales, el delegado Regional, Leonel Serrato, el secretario general de Gobienro, Alejandro Leal Tovías, los alcaldes Gilberto Hernández y un representante de Xavier Nava, se trató con preocupación el tema del arribo de las camionetas con hombres armados, sin embargo acordaron callar, no activar protocolos de seguridad y no decir nada, a fin de no agravar los ya de por si malos índices de seguridad en la entidad.
Fue hace días cuando arribó el convoy a tierras potosinas, integrado por camionetas Suburban y doble cabina, en la que viajaban entre 5 y 6 hombres en cada una, armados.
La inseguridad en SLP ha ido incrementándose cada vez más. Apenas la semana pasada en la colonia Los Reyitos balearon un domicilio, por lo que los vecinos se autoimpusieron toque de queda, o mismo en otros fraccionamientos donde la inseguridad no da tregua.
Por varios lustros San Luis Potosí ha sido paraíso de criminales. En el sexenio del priista Fernando Toranzo jefes del crimen organizado se establecieron en nuestro estado gracias a la protección que les daba el Estado. Recientemente elementos de la Fiscalía General de la República detuvieron a José Alfredo Cardenas Martínez alias “el Contador”, operador financiero del Cartel del Golfo.
El presunto criminal se paseaba libremente por los centros comerciales de SLP, pues sabía que no sería molestado por la policía estatal.
La llegada del grupo armado es una señal de alerta que las autoridades de SLP han decido ignorar, por lo que, según expertos en materia de seguridad, se espera un recrudecimiento de la violencia y una nueva guerra entre cárteles por el control de la plaza potosina.