Las constantes fallas en el acueducto de El Realito no solo afectan a miles de usuarios en la capital potosina, sino que también generan elevados costos operativos para el organismo operador INTERAPAS, que gasta en promedio entre cuatro y cinco millones de pesos cada vez que el sistema interrumpe el suministro.
De acuerdo con el alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, en lo que va del año, El Realito ha operado de forma intermitente, con interrupciones que, sumadas, representan alrededor de un mes completo sin servicio en apenas tres meses. Estas fallas obligan a desplegar operativos de emergencia para garantizar el abasto en al menos 30 a 40 colonias que dependen de esta fuente de agua.
Cuando se presenta una avería, la distribución por pipas se intensifica. En cada contingencia, INTERAPAS moviliza entre 40 y 45 unidades para llevar agua a las zonas afectadas. A diferencia de la renta directa de pipas, el organismo contrata la entrega por volumen de agua distribuida en los hogares, lo que hace que el costo final varíe según la demanda.
El sistema de El Realito tiene dos esquemas de pago: uno fijo que corresponde al financiamiento de la infraestructura, y otro por el volumen de agua suministrada. Aunque el agua que no se recibe no se paga, el gasto en la logística para suplir el desabasto representa una carga económica considerable para el organismo.
Además del impacto financiero, cada falla del acueducto genera afectaciones de entre cuatro y siete días, ya que no solo se interrumpe el flujo, sino que se requieren varios días para restablecer completamente la operación y llenar las líneas y tanques que abastecen a los usuarios.
Las fallas frecuentes en este sistema han obligado al municipio a mantenerse en constante alerta para atender de inmediato las necesidades de la población. Sin embargo, las autoridades reiteran la urgencia de una solución de fondo que reduzca la dependencia de un acueducto que presenta fallas recurrentes y costosas.
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