
Juan José «La Burra» Ortiz, cacique de Valles, y Yolanda Cepeda, secretaria general del Comité Estatal del PRI, maniobran para imponer como dirigente municipal de dicho instituto político a Humberto Torres Medrano y Elizabeth González Bucio.
La Burra Ortiz que, como funcionario estatal cobra sin trabajar desde hace cinco años, se la pasa en la grilla huasteca y engañando a aspirantes a la gubernatura del PRI, del PAN y de Morena y, cuando ve que se le pasa la mano, como buen cacique, comienza a recitar todas las enfermedades que dice tener.
Esta vez, ha hecho mancuerna con Yolanda Cepeda Echavarría, cuyo origen político es la jefatura de prensa de Ortiz Azuara cuando fue presidente municipal de Valles, hace más de una década. Ambos han hecho buenos tratos políticos, a veces han ganado y otras han perdido, pero ahora agandallaron.
Yolanda Cepeda se ha vuelto una habilidosa estratega política. Tan es así que, luego de perder la reelección en el Ayuntamiento de Aquismón, logró colarse a la Secretaría General del PRI desde donde opera en tres vías; para ser candidata a diputada federal, local o regresar a su pueblo como alcaldesa, donde el panista Óscar Suárez Mendoza ha hecho un magnífico trabajo y se ha ganado el cariño de la gente luego de que logró lo que muchos creían imposible; vencer a la súper Yola.
Todo indica que los desplazados, Armando Arias y Beatriz Ponce, impugnarán el agandalle que han consumado La Burra y Yolanda.
El Partido Revolucionario Institucional está en proceso de renovación pero, como si el horno estuviera para bollos, andan echando mano de los viejos trucos que los llevaron a la ignominia política. Los militantes esperan que Elías Pesina, el dirigente estatal, ponga orden y les ponga un alto a los caciques de siempre que son quienes están moviendo todo.
Para como están las cosas Matehuala, Charcas, Ahualulco, Cerro de San Pedro y Rioverde.
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