En la noche del viernes, a las 11:11, la tierra tembló en Marruecos, desatando una tragedia de proporciones devastadoras. Un terremoto de magnitud 6,8 sacudió el centro del país, dejando un rastro de destrucción y dolor. Según datos del Ministerio del Interior marroquí, más de 1.000 personas han perdido la vida a causa de este desastre natural.
El epicentro de este terremoto se ubicó a 71 kilómetros al sur de Marrakech, una ciudad icónica y uno de los centros económicos más importantes de Marruecos. El evento sísmico ocurrió a una profundidad de 18,5 kilómetros, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Lo que siguió fueron momentos de caos y angustia para los residentes locales.
Este terremoto es uno de los más grandes registrados en la historia de Marruecos desde 1900. El país había enfrentado anteriormente el terremoto de Agadir en 1960, que a pesar de su magnitud menor (5,8), dejó una cifra impactante de más de 12.000 víctimas. El impacto del terremoto de anoche es aún incierto, y las autoridades están luchando por llegar a comunidades remotas en las montañas del Atlas, donde se reporta que muchas familias están atrapadas bajo los escombros de sus hogares.
Además de la dificultad para llegar a estas áreas remotas, los hospitales de Marrakech están viendo una abrumadora afluencia de heridos. Las autoridades han hecho un llamado desesperado a la población para que done sangre, ya que se necesita con urgencia. El ejército marroquí ha sido desplegado en las zonas afectadas para colaborar en las tareas de rescate y brindar apoyo a las comunidades afectadas.
El impacto del terremoto no se limitó a las fronteras de Marruecos. Países vecinos también sintieron sus efectos. Argelia, ubicada al este de Marruecos, así como las Islas Canarias y partes de Andalucía, España, experimentaron el temblor, lo que subraya la magnitud de este evento sísmico.
La tragedia ha conmovido a líderes de todo el mundo, quienes han ofrecido su solidaridad y apoyo a Marruecos en este momento de crisis. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su solidaridad con las víctimas del terremoto y ofreció el respaldo de su país. El Reino Unido, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Rishi Sunak, se ofreció para proporcionar ayuda humanitaria y de reconstrucción. China también envió un mensaje de condolencia al pueblo marroquí en medio de esta tragedia.
Las imágenes y relatos que emergen de Marrakech son desgarradores. Residentes locales informaron de un «temblor violento» que sacudió edificios y provocó el pánico en las calles. «Fue un caos total, una verdadera catástrofe, una locura», describió Michael Bizet, un ciudadano francés con propiedades en la ciudad.
Uno de los desafíos más urgentes en este momento es llegar a las comunidades remotas en las montañas del Atlas, donde se cree que muchas personas están atrapadas bajo los escombros de edificaciones antiguas. La falta de preparación para este tipo de desastres en el país complica aún más la respuesta de emergencia.
El patrimonio histórico y cultural de Marrakech también ha sufrido daños. Partes de la Medina de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, han resultado afectadas. Las antiguas murallas que rodean la ciudad antigua han sido dañadas, lo que representa un golpe para la rica herencia histórica de la región.
La magnitud total de la catástrofe aún está por determinarse, pero lo que es seguro es que la solidaridad y el apoyo internacional son vitales para ayudar a las comunidades afectadas a recuperarse y reconstruir sus vidas.
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