Un ciclón tropical de proporciones inusuales se ha intensificado rápidamente frente a la costa norte de Australia, mientras millones de personas enfrentan una persistente ola de calor que se espera se prolongue hasta el fin de semana.
El ciclón tropical Jasper ha alcanzado la fuerza equivalente a un huracán de categoría 4, con vientos máximos de 220 km/h, informó el Centro Conjunto de Alerta de Tifones. La oficina de meteorología del país ha advertido la posibilidad de que el sistema alcance incluso la categoría 5.
Este fenómeno es el ciclón tropical de categoría 4 que más rápido se ha formado en el mar del Coral desde que se iniciaron los registros en 1900, según datos recopilados por el Centro Nacional de Huracanes.
El ciclón, localizado a 1.195 kilómetros al noreste de Queensland, avanza hacia el sur a 9 km/h y se prevé que impacte cerca de Cairns, una ciudad con 250.000 habitantes, el martes con vientos sostenidos de hasta 140 km/h, aunque los meteorólogos advierten que su trayectoria podría variar.
Este fenómeno es inusualmente temprano durante El Niño, un patrón climático que históricamente ha reducido las precipitaciones en la costa este de Australia.
Mientras tanto, el país enfrenta una ola de calor, con alertas por altas temperaturas en varios estados y territorios, incluido Nueva Gales del Sur, hogar de más de ocho millones de personas. Se espera que en Sydney, la capital de Nueva Gales del Sur, las temperaturas alcancen los 40 grados centígrados el sábado.
El aumento de las temperaturas ha llevado al cierre de algunas escuelas en Sydney y a la prohibición de fogatas en áreas de Nueva Gales del Sur debido al riesgo elevado de incendios forestales. Se emitió una calificación de posibilidad de incendio “catastrófico” en partes del sur de Australia, indicando un alto riesgo de pérdidas de vidas y propiedades.
Australia, uno de los países más afectados por la crisis climática, enfrenta con frecuencia olas de calor, precipitaciones extremas e incendios forestales devastadores. Los recuerdos de los incendios catastróficos del Verano Negro de 2020, que arrasaron 10 millones de hectáreas, siguen frescos en la memoria de millones de australianos. Estos incendios causaron la muerte de decenas de personas y la destrucción de más de 3.000 hogares, dejando una profunda huella en el país.
Seguiremos informando.