Un vuelo de Japan Airlines, transportando a 379 pasajeros y tripulantes, vivió momentos de angustia cuando la aeronave estalló en llamas tras un aterrizaje impactante en el aeropuerto de Tokio. El suceso, relacionado con una colisión con una aeronave de la Guardia Costera en ruta hacia Niigata para brindar asistencia después del reciente terremoto, marcó un dramático inicio de año.
Según los informes, la evacuación se llevó a cabo de manera exitosa, asegurando que los 379 ocupantes abandonaran la aeronave en llamas sanos y salvos. Sin embargo, la tragedia golpeó al equipo de la Guardia Costera, ya que cinco de los seis tripulantes de su aeronave perdieron la vida en el accidente.
El avión de Japan Airlines estaba realizando un vuelo desde la ciudad de Sapporo en el norte del país y aterrizó en Tokio cuando ocurrió el incidente. Imágenes impactantes transmitidas por la televisión japonesa mostraron la aeronave envuelta en llamas, resaltando la gravedad del evento.
El aeropuerto de Haneda, donde tuvo lugar la colisión, suspendió todas sus operaciones mientras las autoridades inician la investigación para determinar las causas del accidente. La Guardia Costera señaló que están trabajando para esclarecer los detalles de la colisión entre ambas aeronaves.
Expertos en seguridad de la aviación han elogiado la eficiente evacuación llevada a cabo por la tripulación y la respuesta rápida ante la emergencia. Graham Braithwaite, director de sistemas de transporte en la Universidad de Cranfield en el Reino Unido, destacó el historial de seguridad de Japón y la habilidad de la tripulación en situaciones críticas.
«Japón tiene un historial fenomenal en seguridad de transporte», expresó Braithwaite a la BBC, subrayando que la evacuación exitosa es un testimonio del arduo trabajo y la formación dedicada a la tripulación de cabina.
La investigación en curso deberá arrojar luz sobre las circunstancias que llevaron a la colisión y el posterior incendio, mientras Japón, reconocido por sus altos estándares de seguridad.
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