
Después de algunas semanas de espera, los alumnos de la Licenciatura en Gastronomía del IESEG realizaron un viaje gastronómico al estado de Michoacán, tres días de intensas actividades y recorridos permitieron conocer un poco de lo mucho que cada espacio ofrece. Uno de ellos es Santa Clara del Cobre, pueblo mágico que alberga a grandes maestros con sus obras de arte elaboradas a detalle en el colorido cobre.
Uruapan, con su Parque Nacional rodeado de vegetación y bellezas naturales; la casa considerada la más angosta del mundo según el Libro de los Records Guiness con medidas de 1.16 metros de ancho x 7.70 metros de fondo y construida en 1885 además de sus fábricas artesanales de Charanda, con recorridos y maridajes guiados para apreciar esta bebida con denominación de origen.
En la inmensa capital de Morelia con sus amplias y limpias avenidas y un centro histórico muy bien cuidado también visitaron un gran número de lugares: su catedral, templos, edificios coloniales, casas de hombres ilustres, el Callejón del Romance, la estatua del famoso Pito Pérez, etc., pero la parada obligada fue en el Museo del Dulce, donde después de conocer su galería, la sala de cine de los años 40´s, el área de maquetas, la factoría
original, la cocina colonial y el patio de carruajes, todos los alumnos disfrutaron del surtido y la variedad de sus productos.
Era el último día y había que aprovecharlo desde muy temprano, así que hubo una parada en Quiroga para degustar unos ricos tacos de carnitas pero lo más esperado era llegar puntuales a casa de la Maestra Antonina González Leandro originaria de la comunidad indígena de Tarerio quien es una de las Cocineras Tradicionales más conocidas a nivel nacional e internacional, ya se encontraba con los preparativos para recibir a los alumnos del IESEG quienes tendrían una clase magistral con ella.
Todos siguieron las indicaciones y paso a paso los aromas abrieron el apetito: churipo, corundas, tacos de charales con tortillas hechas a mano, una salsa picosita y las aguas de jamaica y tamarindo fueron el menú del día. Las horas parecían minutos, la Maestra al mismo tiempo que cuidaba los detalles, platicaba sus experiencias y transmitía sus consejos y tips de cocina. Una de las experiencias más bonitas para ella fue la de estar presente cuando la UNESCO hizo la Declaratoria de la Cocina Mexicana como Patrimonio Intangible de la Humanidad en el año 2010 en Nairobi.
No solo tuvimos la fortuna de conocer y convivir con la persona experta en platos tradicionales de Michoacán sino a un gran ser humano que se ha dedicado a trabajar comprometidamente por su cultura, por sus raíces y que ha impulsado a otras mujeres a luchar por su cocina. Maestra, muchas gracias por compartir sus conocimientos con todos nosotros, por sus atenciones y hospitalidad. El libro escrito y donado por usted al IESEG, será un regalo siempre muy preciado.