La incertidumbre y el temor crecen entre los migrantes varados en la frontera de México con Estados Unidos, mientras esperan con ansias la decisión de una corte estadounidense sobre la validez de la Ley SB4 antiinmigrante de Texas. Esta situación ha intensificado los obstáculos para cruzar y ha exacerbado la desesperación en Ciudad Juárez.
Migrantes han denunciado un incremento en la seguridad en el punto 36 del límite entre Ciudad Juárez y El Paso en los últimos 15 días. Se reporta mayor presencia de alambre de púas y elementos de la Guardia Nacional de Texas, a quienes acusan de volverse cada vez más agresivos y de contar con un mayor equipamiento.
La Ley SB4 de Texas, cuya validez será analizada en una audiencia de argumentos este miércoles en la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos, podría permitir a las autoridades texanas detener y deportar a extranjeros indocumentados si es aprobada.
La situación ha generado angustia entre los migrantes, como lo expresa Daniel Quintero, quien recientemente cruzó la frontera desde Venezuela. «Esa ley (SB4) nos congela», lamenta, al tiempo que señala los múltiples obstáculos físicos y militares que enfrentan al intentar cruzar el río Bravo hacia Estados Unidos.
La tensión en la frontera entre Juárez y El Paso se ha incrementado desde 2023, cuando México experimentó un aumento significativo en la migración irregular. La instalación de cercas con alambre de púas por parte del gobernador de Texas, Greg Abbott, ha agudizado aún más la situación.
Los relatos de los migrantes sobre el trato violento e inhumano por parte de las autoridades texanas son preocupantes. Se reportan incidentes de golpizas a mujeres y niños, lo que ha generado una crisis humanitaria sin precedentes en la zona.
A pesar de las afirmaciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre la ampliación de las vías legales para migrar por parte del gobierno estadounidense, los migrantes argumentan que no existen alternativas reales dada la sobrecarga del sistema migratorio.
El punto 36 del muro entre Juárez y El Paso se ha convertido en un campamento improvisado, donde cientos de migrantes esperan ansiosos una oportunidad para cruzar. Aunque la situación es desafiante, muchos sienten que no tienen otra opción más que arriesgarlo todo en busca de una vida mejor.
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