
Este 1 de julio, muchos de los trabajadores de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas (Seduvop) regresó a las oficinas a laborar. Al llegar, se dieron cuenta de que las instalaciones estaban hechas un completo muladar, luego de dos meses de no ser atendidas; además, no contaban con las medidas sanitarias necesarias para evitar contagios de coronavirus.
Por ser persona de riesgo, el titular de la Seduvop, Leopoldo Stevens Amaro, no ha regresado a su oficina, aunque muchos aseguran que no lo extrañan. Los últimos meses, el funcionario ha continuado con sus conocidas tranzas; la más reciente, en contubernio con el Ayuntamiento de la capital, le asignaron a su hijo la obra del puente de Periférico.
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Ya que las preocupaciones de Stevens Amaro están en sus bolsillos, poco le importó sus trabajadores. Previo al retorno, no previno la sana distancia entre trabajadores, los filtros de entrada con gel antibacterial y revisión de temperatura; las instalaciones están sucias y despiden un mal olor desagradable.
Lo poco que mandó traer fueron unos tapetes desinfectantes para las entradas, pero los que compró son de segunda mano, no cumplen su función y están más sucios que el piso.
Esto preocupa a los empleados que volvieron el día de ayer a trabajar, pues corren riesgo de contagiarse de covid, así como ha ocurrido en otras dependencias, tanto estatales y municipales.