“El sueño es una función biológica de gran importancia en el ser humano debido a la gran cantidad de procesos fisiológicos que se producen mientras dormimos, tales como: la conservación de la energía, la eliminación de sustancias de desecho, la activación del sistema inmunológico, la producción de sustancias químicas necesarias para regular el metabolismo, el reforzamiento de la memoria, etcétera”.
Sin embargo existen también alteraciones que afectan la salud mental de la población como lo son los trastornos del sueño, básicamente son problemas relacionados con el dormir que incluyen dificultades para quedarse o permanecer dormido, dormir demasiado, quedarse dormido en momentos inapropiados y presentar conductas anormales durante el sueño. La frecuencia de los diferentes trastornos del sueño está en aumento en la población en general debido al estilo de vida actual y la utilización continua de los diferentes dispositivos electrónicos, lo anterior lo comento la Dra. Elisa Hernández Carranza, Responsable Estatal de la Red de Atención Psiquiátrica (REAP) de los Servicios de Salud de San Luis Potosí.
Al ahondar en el tema indicó que “existen siete categorías principales de trastornos del sueño: insomnio, trastornos respiratorios relacionados con el sueño, trastornos centrales de la hipersomnolencia, trastornos del ritmo circadiano del sueño-vigilia, parasomnias, trastornos del movimiento relacionados con el sueño y otros trastornos del sueño”.
Preciso que el insomnio se define como la dificultad para conciliar o mantener el sueño o despertar más temprano de lo deseado y es el trastorno del sueño que más comúnmente se presenta en la población mexicana con una frecuencia del 10 al 30 por ciento, pero se calcula que hasta el 80 por ciento de las personas han sufrido de insomnio transitorio al menos una vez en su vida.
“El insomnio a corto plazo (menos de un mes) generalmente resulta del estrés psicológico y cambios en los hábitos del sueño, por ejemplo, desde el inicio de la contingencia sanitaria por COVID-19 se ha modificado la hora acostumbrada para levantarse y acudir a la escuela o al trabajo, se ha disminuido la actividad física y se pasa más tiempo con dispositivos electrónicos, repercutiendo en la cantidad y la calidad del sueño”.
Y en lo que respecta al insomnio crónico, agregó que: “este padecimiento se presenta con una duración mayor a 3 meses y una frecuencia mayor a 3 veces por semana, suele estar asociado a depresión, ansiedad, trastorno por estrés post traumático, consumo de sustancias y medicamentos, asma, artritis reumatoide, fibromialgia, insuficiencia cardiaca, hipertiroidismo, reflujo gástrico, migraña, etcétera. La consecuencia más común del insomnio es la fatiga diurna, lo que ocasiona disminución del rendimiento laboral o escolar, disminución de la concentración y atención, irritabilidad, ansiedad y tristeza. Además, el insomnio crónico al igual que el resto de los trastornos del sueño, son un factor de riesgo para desarrollar una gran cantidad de enfermedades como: hipertensión, infarto agudo al miocardio, diabetes, obesidad, infarto cerebral, depresión, demencia, entre otras”, advirtió la especialista.
La Dra. Elisa Hernández Carranza, Responsable Estatal de la Red de Atención Psiquiátrica destacó que existen diversos tratamientos para mejorar los síntomas ocasionados por cada uno de los trastornos del sueño, sin embargo, es importante el desarrollo y mantenimiento de medidas de higiene del sueño, como:
“el levantarse y acostarse siempre a la misma hora incluyendo los fines de semana o en vacaciones, dormir entre 7 a 8 horas, procurar dormir en ambientes favorables con una cama confortable, luz totalmente apagada y en silencio, evitar el consumo de sustancias de alcohol, cafeína y bebidas energéticas por lo menos 4 horas antes de dormir, evitar dormir siestas en el día mayores de 30 minutos, evitar permanecer en cama en actividades ajenas al sueño por ejemplo, hacer tareas o comer en la cama, no realizar ejercicio vigoroso minutos antes de dormir, evitar realizar actividades sensorialmente muy estimulantes antes de acostarse como el uso de video juegos, internet y televisión; y recomendó no tomar medicamentos “para dormir” sin haber recibido una adecuada valoración y seguimiento médico. Estas medidas de higiene del sueño son efectivas tanto para casos de insomnio agudo como el ocasionado actualmente por la contingencia sanitaria de COVID-19, como para aquellos con insomnio crónico”.
La funcionaria estatal concluyó señalando que: “es fundamental que la población sepa que el tratamiento de los trastornos del sueño debe asignarse de manera individualizada de acuerdo a la duración y severidad del trastorno, así como de las causas y circunstancias relacionadas en cada persona, por lo que es esencial consultar a un profesional de salud mental para recibir una evaluación y manejo adecuado. Si presentas alguna alteración en la cantidad o calidad de tu sueño, puedes acudir a solicitar atención especializada en: la Clínica Psiquiátrica Dr. Everardo Neumann Peña ubicada en Carretera Matehuala kilómetro 8, fracción los Olivos en Soledad de Graciano Sánchez, S.L.P. Teléfono: 444 100 9250; al Centro de Salud Mental (CISAME por sus siglas) en la capital potosina ubicada en Av. Salk #1195, Col. Progreso, San Luis, S.L.P. Teléfono: 444 815 9477; y al CISAME Ciudad Valles, ubicado en Rosas del Tepeyac, 79068 Cd Valles, S.L.P. Teléfono: 481 381 6437”.