La campaña presidencial estadounidense ha sido impactada por un segundo presunto intento de asesinato contra el candidato republicano Donald Trump. El ataque tuvo lugar el pasado domingo en su club de golf en Florida, cuando agentes del Servicio Secreto detectaron a un hombre armado cerca del campo. El sospechoso, Ryan Wesley Routh, fue detenido tras ser identificado gracias a un testigo que proporcionó la matrícula de su automóvil. Según fuentes de seguridad, Routh portaba un rifle AK-47 con mira telescópica y llevaba dos mochilas y equipo de grabación.
Trump culpó a la retórica de sus rivales demócratas, Joe Biden y Kamala Harris, por incitar a la violencia en su contra. «El sospechoso se creyó la retórica de Biden y Harris», afirmó el expresidente durante una entrevista con Fox News. Biden, por su parte, pidió más apoyo al Servicio Secreto y expresó su alivio por el bienestar de Trump, evitando cualquier confrontación directa tras el ataque.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, también se pronunció, exigiendo respuestas para comprender cómo se han producido varios intentos de asesinato contra Trump. Johnson mostró su preocupación por la seguridad del expresidente y la creciente tensión en la campaña.