El informe preliminar del Ejército israelí concluye que el ataque contra el convoy humanitario de World Central Kitchen (WCK) en Gaza, en el que murieron siete de sus empleados, no tuvo la “intención de dañar a los trabajadores humanitarios” y se debió a una “identificación errónea”.
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, afirmó que el ataque fue un fallo debido a la identificación errónea, especialmente en condiciones nocturnas y durante un conflicto bélico. Se comprometió a que una entidad independiente investigará exhaustivamente el incidente, cuyas conclusiones se compartirán con WCK y otras organizaciones internacionales relevantes.
Se anunció la creación de un centro de mando para mejorar la coordinación del reparto de ayuda humanitaria en Gaza, y se prometió un mayor esfuerzo por proteger a los trabajadores humanitarios.
El coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Jamie McGoldrick, denunció que casi 200 empleados humanitarios han muerto en Gaza durante la guerra, lo que demuestra que el ataque al convoy de WCK “no es un incidente aislado”.
Herzi Halevi reconoció el error grave y expresó las disculpas de Israel por el daño no intencionado a los miembros de WCK. Detalles del ataque revelan que un dron israelí disparó tres veces contra el convoy, a pesar de estar claramente marcado con el logotipo de la organización.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el presidente Isaac Herzog admitieron la responsabilidad de Israel en el ataque y se disculparon por el incidente. El Ejército ha encargado una investigación independiente al Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos (FFAM) para determinar si se abre una investigación criminal sobre el incidente.
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