Fiel a sus principios y tradiciones, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perfila ya a los clásicos dinosaurios, a los amigos y compadres de siempre esperando colocarlos en una diputación local o en alguno de los 58 ayuntamientos que se estarán disputando el próximo 6 de junio.
En las listas, dadas a conocer este fin de semana, aparecen nombres que resultan casi ineludibles por el «prodigioso» trabajo realizado desde la dirigencia estatal como sucede con Edmundo «El Pecas» Torrescano o la secretaria general y exalcaldesa de Aquismón, Yolanda Josefina Cepeda Echavarría, ambos sin trabajo de campo ni simpatía entre la comunidad, pero que apuesta al triunfo gracias a los efectos de la coalición Sí Por San Luis que se estará materializando en varios municipios y distritos de la entidad.
Para ayuntamientos, el PRI apuesta por perfiles medianamente conocidos como sucede en Alaquines, Guadalcazar, Huehuetlán y Tampacán donde buscan la reelección de Florisela Hernández, Juan Francisco Pérez y Juan Antonio Olivares, Brisseire Sánchez, respectivamente, o en Axtla de Terrazas a donde encaminan a la actual diputada local María del Rosario Sánchez Olivares. Un escenario similar ocurre en Ébano donde perfilan al exalcalde Héctor Tapia.
En San Vicente Tancuayalab y en Santa María del Río, el PRI quiere mantener el cacicazgo de los Soni Bulos y de los Reyna Rosas al aprobar las postulaciones de ambas familias para pelear dichas alcaldías. Para Villa de Reyes perfila a Abigail Hernández, esposa de Panchillo, exalcalde y en Villa de Zaragoza le abre la puerta a María de Jesús García, madre de la actual alcaldesa Paloma Bravo.
Al mismo tiempo, el PRI quiere vender como buenos perfiles a Manuel Azcona quien, bajo la protección de su madre, Rosy Segovia, (Coordinadora del DIF Estatal en el Altiplano) lucró cuanto pudo con apoyos sociales además de tener infinidad de denuncias en su contra por violencia, lesiones y más. En Rioverde manda a Arnulfo Urbiola, uno de los caciques de la zona, y en Xilitla posiciona a Rebeca Terán, exdiputada envuelta en escándalos de corrupción, y al esposo de la presidenta municipal del PRI, Carlos Durán.
Para las diputaciones locales, el PRI vuelve a ser el PRI, con todo lo que ello implica: En el Distrito I, pese a todas las denuncias y negativos que tiene en contra, la favorita del tricolor es Rosy Segovia, a quien, aparentemente, le deben la vida porque la dirigencia estatal ha cedido en todos su caprichos.
Por su parte, la alcaldesa de Zaragoza, Paloma Bravo, consiguió el registro para pelear la candidatura en el Distrito III. El Distrito IV queda en manos de Antorcha Campesina dando la posibilidad de reelección a la actual diputada Laura Patricia Silva Celis o permitiendo que Yeraldine Pineda, hábil operadora del movimiento antorchista, se convierta en la candidata.
El Distrito VIII está peleado por dinosaurios y bebés dinosaurios. Luis Gerardo Aldaco, Héctor Gregory López y María Olvido Rodríguez Vázquez quieren la candidatura. Según versiones, el ungido es el titular de la Coordinación Estatal para el Fortalecimiento Institucional de los Municipios (CEFIM, Gerardo Aldaco.
Finalmente, en los Distritos XI y XIV, Edmundo Torrescano y Yolanda Cepeda supieron colarse y ser, casualmente, los únicos perfiles registrados esperando verse favorecidos con el voto de los potosinos para convertirse en diputados locales.
Dicha información ha causado indignación entre los diferentes grupos del priísmo potosino pues, insisten, de nueva cuenta se ha privilegiado a los amigos y a esos perfiles que, aunque ya están quemadísimos y nadie vota por ellos ni aunque repartan despensas a diestra y siniestra, dejando fuera a verdaderos liderazgos que, incluso, han hecho mucho más por el PRI.
