Más de tres millones de personas en Buenos Aires y el área suburbana fueron afectadas por dos apagones que paralizaron el metro, los trenes eléctricos y el transporte público, durante una jornada con temperaturas de hasta 45 grados. La causa de las interrupciones fue una falla en las redes de distribución de la compañía Edesur, que dejó sin electricidad a 400,000 usuarios en la madrugada, seguida de los apagones principales en la tarde.
El caos se extendió a grandes empresas como Acindar, y los servicios de emergencia tuvieron que recurrir a helicópteros para ubicar las fallas. A pesar de la magnitud del incidente, el servicio se había restablecido en un 70% al cierre de esta edición.
En medio de este contexto caldeado, la Policía Federal reprimió violentamente a jubilados que, desafiando el calor, realizaban una marcha pacífica en la Plaza de los Dos Congresos. Las imágenes de los golpes y el uso de gas pimienta fueron ampliamente repudiadas por organizaciones sociales, además de afectar a trabajadores de prensa.
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