Con el paso de la tercera ola de calor que parece no ver un final, muchos de nosotros ya entramos en la resignación, aceptando este clima infernal con el mejor ánimo posible esperando no morir derretidos en el proceso de adaptación. Pero, aunque uno tengo el mejor ánimo para sobrellevar nuestra vida con estos grados de más, hay que reconocer que muchas veces perdemos la paciencia y la violencia, el malhumor, la apatía e irritabilidad se vuelve la respuesta ante casi cualquier situación en nuestra vida , pero tampoco debemos sentirnos tan culpables de esto, no todo es tú culpa…también es del calor.
Esto se debe a dos principales causas, una de ellas es que cuando nuestro cuerpo está expuesto a temperaturas extremas, genera un desvarío de sustancias químicas y somáticas que influyen en que nuestras reacciones sean más impulsivas y agresivas. Esto explicado por estudios realizados por la UNAM, para determinar la irritabilidad y afectación del calor a nivel químico-psicológico en los seres vivos.
Ya que cuando nuestro cuerpo llega a una temperatura de 39.5º o 40º, afecta directamente al hipotálamo, que se encuentra ubicado en el encéfalo y es el encargado de regular las funciones en nuestro cuerpo, como lo puede ser el apetito, la ingesta de líquidos, el libido y la agresión. Es por que al entrar en altas temperaturas el cuerpo empieza a deshidratarse, lo que provoca que disminuya el volumen sanguíneo en nuestro sistema, provocando taquicardias y que los neurotransmisores de nuestro cerebro funcione a menor velocidad, generando una menor cantidad de conexiones sinápticas, que son las encargadas de regular las emociones, esparciendo serotina y al no tenerla…cosas malas pasan.
Nuestro cuerpo se vuelve más propenso a ser afectado totalmente por el clima, perdiendo la capacidad de regular las emociones, confusión mental, en casos de mayor deshidratación se pueden percibir alucinaciones y hasta la falla de funciones orgánicas.
La Universidad de Berkeley también habla del término conocido como «meteorosensibilidad», en el cual las personas que lo padecen tienen cierta predisposición psicosomática de verse influenciados directamente por el clima, como alterar su estado de ánimo al cambiar las condiciones climáticas, en especial, soportar temperaturas muy altas o muy bajas o recibir un menor número de horas de luz solar. la dificultad de mantener la atención, un carácter más impulsivo, la impaciencia y el mal humor. Pudiendo llegar los pacientes en algún caso a ser más agresivos, hacia ellos mismos o hacia otras personas.
Por eso es recomendable mantenerse bien hidratado y seguir las recomendaciones de los cuerpos de salud para evitar padecer todos los estragos provocados por la ola de calor y demás eventos climatológicos.
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