
La Dirección de Comercio ha arreciado el hostigamiento a comercios, restaurantes y puestitos de comida. Llegan a establecimientos esenciales los multan y los clausuran con el pretexto de la emergencia sanitaria del Covid-19, aunque cumplan con todas las medidas que impuso la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris) y tengan sus permisos en regla.
Sus víctimas favoritas son las tienditas, restaurantes y las señoras que venden comida en puestos de comida en las calles. Las supuestas “cuadrillas de la sana distancia” acuden tras denuncias o mientras vigilan otros locales a quien extorsionar.
En un afán recaudatorio y para aprovechar la pandemia, el Ayuntamiento ordenó intensificar el cobro de estas multas. Los inspectores revisan los locales y restaurantes, pero no importa que tengan la separación de personas, el gel antibacterial y todas las demás medidas, pues cierran y multan a los comerciantes.
El personal de Comercio entrega el requerimiento antes de irse y se despiden con un “de gracias que se la dejamos barata, solo les cobrarán entre $2000 y $5000 pesos”. De acuerdo con varios reportes recibidos, algunos se han salvado de que les cierren su local pues les han tenido que dar su “moche”.
La baja afluencia de personas en lugares públicos ha afectado la economía de miles de comercios, pese a que son considerados esenciales y mantienen sus restaurantes con la esperanza de sacar algo de dinero. Los afectados señalan que hay días en que no hacen una sola venta, por lo que difícilmente podrían pagar la multa que les imponen.